Desde febrero de este año, el dictador Daniel Ortega ha venido premiando el silencio de los pastores evangélicos y su colaboración en sus actos centrales. Cuando se refieren a la masacre que inició en abril de 2018, los representantes evangélicos prefieren no abordar el tema y en varias ocasiones han “bendecido” las acciones del régimen contra los ciudadanos nicaragüenses que protestan exigiendo justicia, libertad y democracia.
La entrega desmedida de personalidades jurídicas es el principal premio que se les ha otorgado a esos líderes; mientras que a las organizaciones encargadas de defender los derechos humanos, del medio ambiente y de la mujer se las arrebató y les confiscó sus propiedades que siguen en posesión de agentes de la Policía de la dictadura o de simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
En actos especiales, la dictadura, por medio de Cancillería y de la Asamblea Nacional, entregó reconocimientos a estos líderes religiosos que han sido fuertemente cuestionados y señalados por sus feligreses. Recientemente, en el departamento de Chinandega un grupo de pastores de cinco iglesias que pertenecen a las Asambleas de Dios recibieron de la Alcaldía de ese municipio tierras, techos y otras propiedades.
Según un post de la administración de esta localidad, el objetivo de entregar techo a estas iglesias es mejorar “sus condiciones de vida”.
El castigo a la Iglesia católica
A raíz de la crisis sociopolítica, la Iglesia católica cuestionó las acciones de los Ortega-Murillo y en diversas ocasiones protegieron a los manifestantes en sus templos; acción que causó que los dirigentes sandinistas crearán “campañas de odio” y de desprestigio contra los religiosos, quienes además sufren acoso y hostigamiento.
Producto de la difícil situación económica, el presupuesto designado a 14 parroquias e instituciones católicas y una iglesia evangélica pasó de 42,6 millones de córdobas a inicios de 2018; a 23,7 millones en 2018. Mientras que para el 2019, con carácter de urgencia se reformó para reducirse a 3,8 millones para proyectos.
Sin embargo, el sitio Religión Digital detalla que de esos 3,8 millones los templos “premiados” fueron “aquellos donde pastores y sacerdotes se han alineado abiertamente con el régimen de Daniel Ortega o han guardado silencio ante la escala represiva contra la protesta social emprendida por el Estado desde el 18 de abril”.

Cuando se habían interesado por las iglesias evangélicas, claro hasta que les compraron el silencio, que vergüenza por eso se pusieron un sello en el pico ante los asesinatos, ascedio, hostigamiento, encarcelamiento a inocentes.. Pero OLVIDAN QUE UNA VEZ HIVAN A CREAR UNA LEY PARA CALLAR A LAS IGLESIAS EVANGÉLICAS POR EL RUIDO SEGÚN ELLOS.