En Nicaragua, las iglesias evangélicas reciben personerías jurídicas por montón. Cada vez que hay sesión legislativa de la aplanadora orteguista, la dictadura legaliza hasta 15 o 20 instituciones religiosas protestantes. Según el diputado y pastor evangélico, Mauricio Orúe, hay una dinámica de «crecimiento dentro de estas congregaciones».
Las Asambleas de Dios, es la organización de iglesias evangélicas más grandes de Nicaragua. Bajo el paraguas de la personalidad jurídica de esta institución llegan a operar unas 2 000 iglesias de diferentes nombres y denominaciones.
El excandidato a la presidencia, Saturnino Cerrato, asegura que en 107 años de existencia de las Asambleas de Dios, solamente 25 pastores evangélicos tienen personalidades jurídicas propias, y que el resto opera bajo la personería de la entidad «Asambleas de Dios».
«En Nicaragua nosotros somos 60 denominaciones diferentes, estamos las Asambleas, que somos los más grandes, luego están los bautistas, los pentecostales y otras ramas», dijo Cerrato al ser consultado por Artículo 66.
Mauricio Orúe, además de ser pastor es diputado de la Asamblea Nacional por el partido Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), aliado del orteguismo, y opina que esta masiva solicitud de personalidades jurídicas se debe a que dentro de las iglesias evangélicas hay una cultura de apertura para que otras personas puedan crear sus propias iglesias.

«Aquí si no estás conforme con la iglesia podés fundar la tuya con unas 20 personas», dice Orúe. El diputado asegura que varias de estas iglesias buscan donaciones y viven del dinero que voluntariamente ofrece la comunidad. Aunque contradijo la versión de Cerrato de que en las Asambleas de Dios solo hay 25 pastores con personería propia.
«En las Asambleas de Dios, de 2 000 iglesias, más de la mitad tiene personería jurídica y opera aparte aunque sean miembros de las Asambleas».
Contrario a la apertura que la dictadura de Daniel Ortega muestra con las iglesias protestantes, el régimen ha desatado una cacería contra ONG de la Sociedad Civil que trabajan por la defensa de los derechos humanos. El 29 de noviembre de 2018, la Asamblea Nacional controlada por el sandinismo, inició una embestida que terminó por aniquilar a nueve organizaciones, entre ambientalistas, promotores de la democracia, promotores de los derechos de las mujeres, municipalistas y hasta a defensores de derechos humanos que tenía más de 25 años de operar en el país.

Para Walter Espinoza, diputado del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), estas acciones no fueron correctas y su partido, abiertamente aliado del orteguismo, en su momento “nos opusimos a estas medidas”.
«Yo puedo aprobar la cancelación de una organización como un Iglesia Evangélica si esta anda pidiendo beneficios y donaciones materiales solo en su beneficio, pero para organizaciones que estaban trabajando en el país y en algún momento le pasaron la cuenta por sus opciones políticas yo lo veo injusto».
El 11 de diciembre la Asamblea Nacional controlada por los diputados orteguistas canceló la personalidad jurídica del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), y de otras organizaciones a las que le fueron confiscados sus bienes. Ese mismo día, luego de la cancelación de estas personalidades jurídicas, se aprobó el otorgamiento de personerías jurídicas a varias Iglesias protestantes.

Cada una de estas asociaciones evangélicas tuvo que ser “apadrinada” por un diputado, como mínimo, para ser introducida en la maquinaria legislativa. Los dueños o directivos de las iglesias, generalmente se mantienen en la sombra. Sin embargo, a lo largo de los 12 años de gobierno de Daniel Ortega, los líderes evangélicos de las congregaciones más grandes del país han mantenido una alianza cómplice con la dictadura.
Hay pastores que saltaron de los púlpitos a los cargos públicos, incluyendo como diputados. Otros, se han convertido en dueños de partidos políticos de maletín, autorizados por el aparato oficial para operar en las votaciones como “zancudos”, al servicio del régimen.
Los pastores más conocidos, incluso han aparecido bendiciendo actos partidistas del tirano, elogiando megaobras, —como el proyecto del gran canal interoceánico— aunque luego fracasan; criticando a los ciudadanos que protestan, y hasta justificando la represión o callando frente a los crímenes del Estado.
Recientemente, un grupo de pastores hasta se dio a la tarea de “orar” en los “puntos de conflictividad”, por encargo de la primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo. Puntos de conflictividad, llamó Murillo a las rotondas y espacios donde se realizaron marchas, plantones y ataques de policías, paramilitares y turbas del partido gobernante, contra la población desarmada.
Tendrán que rendir cuentas más temprano que tarde por Omisión son Asesinos y Criminales de Lesa Humanidad, estos que hacen sobra al régimen para aparentar legalidad.
Abramos los ojos, porque esta repartidera de personerías no es casualidad. Por el contrario. Forma parte de una estrategia de la dictadura dirigida al electorado cautivo, para tratar de captar el mayor número posible de votos en las próximas elecciones nacionales, independientemente de cuándo sean. Los asesores de la pareja diabólica lo tienen claro. Antes de iniciar las protestas de abril pasado, los evangélicos representaban aproximadamente el 40% de todas las denominaciones religiosas de creyentes en Nicaragua. El crecimiento acelerado de los años anteriores, en relación a los incómodos católicos, fue visto como una oportunidad de oro por los estrategas del régimen que no dudaron en infiltrar las iglesias con un sinnúmero de operadores y orejas que se han encargado de vigilar el mensaje y los movimientos de las iglesias y sus congregados (control social), a la vez que hacen un proselitismo político a veces muy sutil y otras muy descarado, a favor de este gobierno corrupto, asesino y mentiroso, que con mucha pompa se dice “cristiano, socialista y solidario”. Conociendo la pandilla de delincuentes que nos desgobierna, tengamos claro que todo lo que están haciendo tiene una intencionalidad no revelada y, por tanto, de lo que se trata ahora es de estar atentos, para poner al descubierto sus jugadas. El “trabajo parlamentario” es sin ninguna duda un trabajo de “incidencia” para generar matrices de opinión favorable entre los evangélicos, de manera tal que con el apoyo abierto y encubierto de algunos dizque pastores y reverendos, puedan seguir haciendo el trabajo oscuro, secretista o disfrazado que los ha caracterizado.
OJO no todos los pastores evangelicos e iglesias evangelicas estan vendidas o siendo complice del regimen criminal asesino, pero muchos si lo son. AquI podran hacer esa chanchada, pero no crean que tienen respaldo de Dios, no todos que me dicen señor son mis asi dijo Jesus esos que estan aliado del regimen son COMPLICES e HIPOCRITAS.