El obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez Lagos, denunció que la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde abril de 2018 ha afectado a todos los ciudadanos de este país centroamericano, pero en particular “a los más vulnerables” y ejemplificó esta aseveración al asegurar que tuvo conocimiento de una joven muerta por el dengue que recibió una bebida energizante como medicamento en un centro público de salud.
El jerarca fustigó el “clima hostil” que vive la Iglesia católica nicaragüense para realizar su labor y afirmó que pese a la intimidación y acoso contra obispos y sacerdotes; las parroquias y procesiones cuentan con una participación no vista anteriormente en la nación.
“El pueblo de Nicaragua ya ha perdido el miedo. Como nunca antes nuestras iglesias, nuestras procesiones han estado llenas de fieles y la gente en general”, expuso monseñor Álvarez en una entrevista con el portal de noticias católico estadounidense Crux.
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El obispo no dudó en describir la crisis sociopolítica como “grave” y manifestó que en Nicaragua actualmente bajo la dictadura de Daniel Ortega hay “hambre, pobreza y miseria”. “Nicaragua está experimentando una grave crisis social, política y económica que ha conmocionado a todos los nicaragüenses, pero los más vulnerables han sido los más afectados. En mi trabajo como obispo, he encontrado en estas últimas semanas familias que ya no pueden tener sus tres comidas diarias. Algunos ni siquiera pueden tener dos”, dijo el jerarca católico.
Memoria, reparación y verdad para solucionar la crisis
El obispo de Matagalpa también manifestó que no es posible la reconciliación de la desgarrada sociedad nicaragüense sin un proceso que asegure el reconocimiento de la represión gubernamental que ha estado sucediendo y la reparación a las víctimas de la dictadura de Daniel Ortega.
“El reconocimiento de la verdad del drama de la historia y el dolor sufrido por las víctimas. También es esencial reparar el daño y garantizar que no vuelva a ocurrir. Solo cuando tienes la verdad, la reparación y la voluntad de no volver, puedes soltar el dolor, comenzar a sanar y perdonar”, subrayó Álvarez.
Siempre al lado de los pobres
El también miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) recalcó que la sociedad nicaragüense ha visto en una Iglesia católica una comunidad “social o sociológica de puertas abiertas” donde convergen personas de distintos credos religiosos y políticos. “A nuestras celebraciones asisten no solo los católicos que han permanecido fieles, sino también los no católicos, los no creyentes, los agnósticos, los escépticos, los de la izquierda y la derecha política. Todos aquellos que han descubierto que somos una iglesia de puertas abiertas. Una iglesia que es una casa y escuela de comunión y participación”, reveló el obispo de Matagalpa.

Asimismo, declaró que el pueblo de Nicaragua ha podido palpar que la Iglesia ha sido la institución que ha estado acompañando a la población en este momento de la historia, sobre todo a los más pobres y a las víctimas de la represión.
“Muchos han descubierto que somos una Iglesia que, desde el comienzo de la crisis, no lo dudo por un momento, hemos estado del único lado que podríamos estar: del lado de los pobres, del lado de los que sufren. Su dolor, de alguna manera, nos ha fortalecido para seguir adelante”, puntualizó.
“Nicaragua existe, y se logrará la patria que soñamos”
Monseñor Rolando Álvarez, durante la entrevista, lamentó el poco interés que despierta la crisis sociopolítica nicaragüense ante las grandes potencias del mundo y ante las cadenas informativas con mayor presencia global; pero afirmó que la lucha del pueblo nicaragüense por alcanzar la democracia continúa y que se alcanzará este objetivo.

“A pesar de que estamos en el fondo de las prioridades en la agenda de las grandes potencias del mundo; y aunque muchas veces nos vieron e intentaron tratarnos como fichas en su juego de ajedrez, estamos aquí, existimos, luchando diariamente entre el dolor y la esperanza. Me gustaría decirles que (los nicaragüenses) somos personas nobles y esperanzadas y que cada día es más claro que somos protagonistas de nuestra historia. Que creemos que lograremos la Nicaragua que todos anhelamos. ¡(Les pedimos) que estén cerca de nosotros!”, finalizó el obispo.