Julio Montenegro, abogado defensor del activista y preso político Ulises Rivas, originario de Santo Domingo, Chontales, y secuestrado por la Policía orteguista desde el primero de septiembre, denunció las irregularidades durante el proceso judicial que inició el miércoles, 18 de septiembre en los juzgados de Distrito Penal de Juigalpa. Rivas fue acusado por cometer robo agravado en contra de dos hombres y lesiones leves en perjuicio de una mujer.
El joven participó activamente de la protestas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que lo llevaron a recibir amenazas de cárcel y muerte en reiteradas ocasiones, por lo que decidió exiliarse en Costa Rica para resguardarse. Sin embargo, Rivas regresó al país para acompañar a su papá, quien tiene cáncer y está en etapa terminal.
El abogado Julio Montenegro aseguró que después de la audiencia preliminar, el tres de septiembre, se tenía previsto realizar la audiencia inicial el 13 del mismo mes, sin embargo, “misteriosamente la jueza Aura Marina Báez Espinoza adujo que la Policía no había llevado a Ulises al juzgado, por lo que reprogramó la audiencia para ayer (18 de septiembre), sin embargo, nosotros como Defensores del Pueblo, junto a los familiares lo vimos pasar custodiado en una patrulla de policías”.
El miércoles, durante la audiencia, Montenegro denunció que “al momento de ingresar a la sala número dos del juzgado penal de Juigalpa, a su asistente y colega José López le revisaron exhaustivamente un maletín que llevaba y lo obligaron que apagara su celular, mientras la jueza, representantes del Ministerio Público y los mismas fuerzas policiales utilizaban sus celulares”.
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El abogado defensor, agregó que no le permitieron hacer la entrevista a su representado porque “cuando intente hablar con Ulises, la jueza, de manera atropellante me calló, según ella la estaba interrumpiendo al momento que ella se estaba expresando (…) entonces le dije que me diera tiempo para conversar con mi representado, lo que me dio dos minutos pero negó que los familiares pudieran hablar con el joven”.
Finalmente la jueza se retiró del salón provocando que los policías comenzaron a empujar al Ulises, otra de las anomalías que denunció el abogado defensor fue la extremada vigilancia con alta presencia de oficiales de la Policía.