Los habitantes de Pochomil, en el municipio de San Rafael del Sur, denunciaron que policías y trabajadores del centro de salud de la localidad llegaron en un camión blanco, marca JMC, a enterrar al menos 10 cadáveres en una fosa común que abrieron en el camposanto.

Los testigos afirman que los supuestos trabajadores del Ministerio de Salud usaban mascarillas y trajes desechables, similares a los que visten los investigadores de criminalística y forenses cuando realizan ese tipo de procedimientos con muertos.
Según dijo una ciudadana que habita en las cercanías del cementerio de Pochomil, en la cuadrilla de “enterradores” andaban trabajadores del Centro de Salud de Masachapa, incluyendo uno identificado solo como “Leonel”.

En un reporte del canal 10 de televisión, el periodista Erick Hurtado entrevistó a un testigo que afirma que él contó cinco cajas y otro vecino encontró del otro lado otras cinco. Además, narró que “dejaron unos guantes con sangre”.
En la nota periodística, el canal 10 difundió imágenes de los pobladores intentando desenterrar los cuerpos, para “esclarecer las dudas” del origen de los cadáveres, aunque al final, hasta donde cavaron no se observa que hayan encontrado ningún cuerpo.
Los ciudadanos se mostraron alarmados con ese “entierro” porque ni las autoridades policiales ni sanitarias informaron sobre el origen de los cuerpos. Los vecinos demandaron el esclarecimiento de este caso que ha despertado sospechas y especulaciones en las redes sociales. “Aquí no se ha conocido de muertes o asesinatos, y por eso es lo raro, no sabemos a quienes se enterraron ahí”, dijo una ciudadana en condición de anonimato.
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Se conoció que el jueves, 12 de septiembre, a eso de las 11 de la mañana hasta el cementerio volvieron a llegar varias patrullas de la Policía y acordonaron el sitio varios metros a la redonda. Según el periodista Hurtado Urbina, al frente del operativo policial estaba el jefe de la delgación de San Rafael del Sur, comisionado Norman Castillo y el comisionado Sergio Gutiérrez, segundo Jefe de Managua, quienes al parecer más bien estaban en el cementerio para investigar quiénes habían “profanado” el supuesto entierro, pero guardaron silencio sobre la versión de los 10 cuerpos enterrados en la fosa común.