La iglesia María Magdalena, ubicada en el barrio indígena de Monimbó, en Masaya, conmemoró con misa solemne, un año del brutal ataque y profanación a sus instalaciones por paramilitares y policías orteguistas, en la denominada “operación limpieza”, dirigida y ejecutada por el régimen de Daniel Ortega.
La misa se celebró a las seis de la tarde de este miércoles 17 de julio, presidida por el padre Pedro Méndez, párroco de esta parroquia, quien el 17 de julio, de 2018, fue víctima de una brutal paliza por sujetos encapuchados, los cuales se tomaron las instalaciones del templo.
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“Estamos aquí para recordar con dolor un año en que esta casa del Señor fue profanada por gente armada, que entró a Monimbó en la llamada operación limpieza. Recordamos a las personas que perdieron la vida y a muchos que están en la cárcel por pensar diferente”, dijo el párroco en su homilía.
“Fue un momento terrible para esta iglesia y para el pueblo de Nicaragua. Todo lo religioso que hay en este templo fue profanado. Como sacerdote, tuve que hacer una oración para que Dios que guardara de todo peligro y que perdonara a todos los que nos agredieron, porque no saben lo que hacen ni lo que hacían”, reitero el cura.
Llama a perdonar la masacre del orteguismo
En su homilía el, padre Méndez, llamó a la feligresía a perdonar a la dictadura de Ortega por la masacre contra el pueblo de Monimbó, quien aún llora a sus familiares asesinados.
“Es duro perdonar y olvidar todo el dolor vivido, pero como creyentes estamos llamados a vivir dentro del cristianismo en el perdón y seguir lo que dice la escritura, si te dan en una mejilla, poné la otra. Como iglesia hicimos lo que Dios nos ha mandado, que es ayudar al prójimo, aunque esto para muchos fue mal visto”.
Párroco afirma que fue agredido por paramilitares orteguistas
En entrevista con Artículo 66, el padre Pedro Méndez, confirmó lo que muchos ciudadanos habían denunciado a través de las redes sociales, que el sacerdote había sido brutalmente golpeado por paramilitares y que además le habían puesto un arma en la boca. “La verdad sí fui muy golpeado y creí que iba a perecer, pero como iglesia estamos llamados a perdonar”.
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“Como todo Monimbó sabe, fue un día terrible, porque creíamos que íbamos a perecer. Lo único que le digo al gobierno (de Ortega), es que como gobierno debe tomar la iniciativa de buscar la paz con los nicaragüenses, es su deber y compromiso con Nicaragua”, concluyó el cura.
En la misa, donde los monimboseños recordaron con dolor la masacre del régimen orteguista, hicieron presencias familiares de presos y exsecuestrados políticos, como es el caso del matrimonio de Cristhian Fajardo y María Adilia Peralta; y Estelita Rodríguez, madre del preso político, Edward Lacayo, secuestrado desde el 16 de marzo. A Lacayo, la dictadura lo acusa de tenencia ilegal de drogas, sin embargo, familiares y amigos afirman que el activista opositor estuvo en la protestas contra el régimen, que aún sigue la represión contra el pueblo de Masaya y Monimbó.