1. Este 3 de abril se cumplió el segundo plazo que se estableció en el intento de negociación entre el régimen y la Alianza Cívica en busca de acuerdos para encontrar una solución a la profunda crisis sociopolítica que desde hace un año vive Nicaragua. El plazo terminó, pero sin acuerdos sobre democracia y justicia. Los agentes de la dictadura se atrincheraron en ni siquiera permitir que se discutiera el adelanto de elecciones y tampoco abrieron la posibilidad para que la tiranía orteguista responda por los asesinatos, secuestros, violaciones o desapariciones registradas después del 18 de abril, de los cuales, según organismos internacionales, el responsable es el Estado, señalado por crímenes de lesa humanidad por disparar a matar contra la población desarmada que decidió manifestarse pacíficamente.
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2. A pesar de la cerrazón del régimen, los miembros de la opositora Alianza Cívica dejaron “una puerta abierta” para seguir negociando con la dictadura y aseguraron que ahora “enfocarán su trabajo en el seguimiento y cumplimiento de los acuerdos alcanzados hasta la fecha”, esto aunque ninguno de los 18 puntos firmados en papel se ha cumplido, ya que el orteguismo sigue impidiendo el derecho a la movilización, reunión pacífica, libertad de prensa y sus paramilitares y la guardia siguen secuestrando a los ciudadanos que deciden protestar. La apuesta de la Alianza se centra en la liberación de los presos políticos donde mediará la Cruz Roja Internacional.
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3. Los presos políticos establecieron un ultimátum para que la dictadura libere a los ciudadanos que fueron apresados por participar en las protestas. La fecha tope que establecen es el 19 de abril y según el Comité que aglutina a los detenidos por el régimen que están en “La Modelo”, “La Esperanza” o en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocidas como “El Chipote”, “en caso de no hacerlo, instamos a todos los nicaragüenses a sumarnos sin miedo, a como lo hicimos y lo hacen los presos políticos, pese al peligro de muerte, a realizar manifestaciones de repudio hacia la tiranía, hasta que salga el último de los hermanos de lucha recluidos” y advierten a la Alianza y a los representantes de la dictadura en la mesa de negociación a “no seguir jugando con el dolor, ni con la tolerancia del pueblo”.
4. Al menos cinco casas de opositores al régimen de Daniel Ortega, en diferentes barrios de Diriamba, Carazo, fueron marcadas con pintas recetando “plomo”. La acción amenazante e intimidatoria se registró la madrugada del miércoles, 3 de abril, y los responsables, las turbas armadas de la tiranía de los Ortega-Murillo. Los afectados son familiares de ciudadanos que fueron rehenes de la dictadura por protestar y algunos actualmente están bajo el régimen de casa por cárcel.
5. La dictadura de Daniel Ortega presentó un informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, en el que insiste con su discurso de que Nicaragua resistió un “golpe de Estado, fruto del intervencionismo”. Además, señalan que las manifestaciones causaron “graves daños económicos, destrucción y terrorismo disfrazado de protestas pacíficas”. La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, Vilma Núñez, calificó de “vergonzoso” el informe del régimen y en su participación en Ginebra, Suiza, recalcó las constantes violaciones de la tiranía, lo que ha dejado más de 300 asesinatos por abrir fuego contra los ciudadanos que decidieron levantarse de forma pacífica en desacuerdo con las imposiciones de la pareja presidencial.
6. La exembajadora de los Estados Unidos en Nicaragua, Laura Dogu, durante una entrevista brindada al periódico Indiana Gazette, reveló que durante su trabajo en este país centroamericano donde le correspondió estar cuando estallaron el 18 de abril las protestas, ella fue «objeto de un plan de asesinato» que además tenía como blanco a personajes como el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez aunque no dio detalles sobre la ejecución de ese plan y se limitó a decir que durante esos meses fue «momento muy difícil para Nicaragua y un momento muy difícil para mí y para mi equipo que trabajaba allí en el terreno». También resaltó que el régimen no debe subestimar “el poder de la juventud”.
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7. Y en el plano internacional, Fabiana Rosales, esposa del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y mandatario interino de ese país, Juan Guaidó, aseguró durante una entrevista con el gobernador de Florida, que la vida de su esposo, el «verdadero presidente de Venezuela corre peligro». Esto tras las acciones de la dictadura de Nicolás Maduro, que el dos de abril decidió quitarle la inmunidad parlamentaria y desde la Asamblea Constituyente del chavismo, los diputados oficialistas han comenzado a pedir «paredón para Guaidó».