Las negociaciones entre la dictadura de Daniel Ortega y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que iniciaron el pasado 27 de febrero y que tienen como objetivo buscar una salida a la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde el 18 de abril de 2018, está a menos de 24 horas de terminar oficialmente.
Los negociadores se habían propuesto acabar el pasado 28 de marzo, pero luego extendieron el periodo hasta el tres de abril. Artículo 66 conversó con el exdiputado, Eliseo Núñez, con el economista independiente, Luis Murillo, con el miembro de la Alianza Cívica, Max Jerez y con el miembro del consejo político de la Unidad Nacional, Félix Maradiaga para conocer sus impresiones de una negociación que parece no tener futuro.
«Ortega está haciendo un mal cálculo político»
Por palabras de miembros de la Alianza Cívica se sabe que el régimen de Ortega tiene instalados tres grandes «tranques» en estas negociaciones. Los cuales son las reformas electorales, los garantes internacionales y sobre todo, el adelanto de elecciones.
Para el exdiputado, Eliseo Núñez, Ortega «está haciendo un mal cálculo, piensa que puede navegar entre escombros, no entiende que esta mesa es una oportunidad para él, para poder llegar a sostener la economía y que se puedan adelantar elecciones y conseguir un acuerdo que logre una reconciliación nacional para seguir adelante, él entiende que tiene el poder y le están pidiendo que lo suelte».
Núñez asegura que lo único que tiene Ortega para salir medianamente bien de todo esto es esta mesa de negociación. Pero que si no adelanta elecciones el país no va a salir de la grave crisis que vive ya que el mismo Ortega no genera confianza en los sectores económicos y es sinónimo de inestabilidad.
«De seguir así, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (en el gobierno), va a quedar pulverizado y sin opciones de nada, él se mantiene en el poder porque piensa que esto es sinónimo de impunidad, pero no tiene capacidad de gestionar la economía, no estamos en Cuba donde se construyó una dictadura al margen de las necesidades económica y por hombres jóvenes, aquí lo que tenemos es un hombre viejo, con clase política vieja. Son ancianos en el poder, pero sin mística revolucionaria. Solo tienen los fusiles».
El catedrático universitario asegura que si este tres de abril se terminan las negociaciones de manera definitiva, quien fracasa es la dictadura de Ortega.
«Si Ortega no obtiene del dialogo lo que quiere no va a soltar a los presos políticos, son sus rehenes. No miro que el gobierno quiera cumplir nada, la Alianza no sale mal parada ya que fue construida para eso, para negociar. Al final no es ni una derrota para ellos ni una victoria, el que sale mal parado es Daniel Ortega».
«La dictadura solo tiene respiro para este año»
El economista independiente, Luis Murillo, es menos optimista respecto a las negociaciones y aclara que desde un primer momento Ortega tenía claro que esta mesa era una «estrategia para ganar tiempo, y prácticamente no tenían intensión de culminar de manera adecuada este proceso».
El mismo 27 de febrero, mientras se daba inicio a la mesa de negociación entre el régimen de Daniel Ortega y la Alianza Cívica, la Asamblea Nacional, controlada por el orteguismo aprobó una reforma fiscal que elevaba los precios de productos de primer consumo y afecta a los nicaragüenses. Según Luis Murillo a la mesa de negociación le hizo falta «trazar un elemento económico», y evitar que esta reforma fiscal fuera aplicada.
«Voy más allá dentro de los temas políticos y se debió trazar un elemento económico, esto afectó a la población. No vamos a hablar de la parte económica directamente pero le pudimos poner un candado a esas reformas que ahora dejan indefensos a los nicaragüenses».
Según el economista, estas reformas son para pagar el déficit que el mismo régimen de Daniel Ortega ha generado. Mientras «a la vuelta de la esquina hay presión internacional, las reservas nacionales se caen y las sanciones económicas (aumentan); y el no acceder a los créditos internacionales hacen que esta reforma recaudatoria nos tenga en esta situación».
Según Murillo la dictadura de Daniel Ortega está haciendo todo lo contrario a lo que recomendaron una serie de economistas entre los que se encuentra él mismo.
«Nosotros les dijimos que revisaran las exenciones, los subsidios y las exoneraciones, que la reforma debía de ser bajar los impuestos y ahora esto está afectando a todos, desde las grandes empresas hasta las pequeñas».
«Para este tres de abril este economista sostiene que «no va a suceder nada. Esto está previsto, se va a establecer otra negociación, pero mientras no sea un verdadero diálogo, y no se cumpla elementos fundamentales, no sirve de nada».
«Tenemos que seguir presionando por todos lados»
Félix Maradiaga forma parte del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco. Es uno de los principales activistas en Estados Unidos y Europa, y ha venido ejerciendo presión para que la dictadura orteguista sea sancionada por sus continuas violaciones a los derechos humanos. Según Maradiaga las negociaciones con Ortega no pueden continuar si no hay garantes internacionales.
«Nuestra lectura es que quienes están boicoteando las negociaciones, ya que están encaminadas a realizar un acuerdo que no le favorece es el mismo régimen de Daniel Ortega, y no es posible continuar la negociaciones sin garantes internacionales».
Sobre la resistencia que tiene Ortega a nombrar testigos y mediadores, la Alianza Cívica ya ha dejado claro que han propuesto como garantes a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y a la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidad para los Derechos Humanos (OACNUDH). Maradiaga que ha tenido reuniones con representantes de estas organizaciones asegura que Ortega, en un primer momento, se miraba apoyado por estos organismos pero que en realidad nunca tuvo ese apoyo y por eso se resiste a dejarlos entrar nuevamente al país.
«Si retrocedemos un poco se miraba como que la OEA era muy favorable a Daniel, ellos pensaban que tenían a la OEA y la ONU, y apostaron a la afinidad ideología por ejemplo de Michelle Bachelet y de algunos miembros de la CIDH que son de izquierda. Pero la lección fue dura para la dictadura y la vergüenza al ser expuestos sus crímenes ahora los hace no querer que vuelvan estas organizaciones».
Maradiga insiste en la vía de la negociación principalmente porque «es la única salida viable para todos», además aseguró que tanto Estados Unidos como la Unión Europea han apoyado la vía negociada pero que a nivel internacional no se ha dejado de trabajar para que sigan presionando a la dictadura.
Nosotros vamos a continuar trabajando frente a la situación, «estamos redoblando trabajos con la OEA, hemos conversado con la Dirección de asuntos políticos de la ONU, y es fundamental la liberación de los presos políticos. Nuestra preocupación es que podría darse un escenario difícil donde digan que no pueden estarse estableciendo condiciones a cada rato, ya que resulta bastante complejo cuando una negociación en marcha van saliendo otras demandas adicionales», finalizó Maradiaga.
«Es necesario tomarse el tiempo necesario»
El joven Max Jerez, es uno de los miembros de la Alianza Cívica que participa en las negociaciones que finalizan este tres de abril. Sobre la situación «dentro de la mesa hemos puesto la exigencias, hemos estado conversando en sintonía con la gente y esa es la dirección que llevamos», dijo Jerez, quien ve necesario ampliar el plazo para estar en las negociaciones.
«Lo de lo fecha, si consideramos necesario continuar, lo vamos a hacer o darlo por terminado, esto lo veremos mañana que será un día clave para valorar el proceso y la continuidad del mismo, y si realmente se va a dar la oportunidad de poder llegar a esos acuerdo».
«Según este miembro de la Alianza Cívica, la dictadura sandinsita ha manifestado desde un primer momento la «urgencia que es necesario avanzar y tener resultados», estas prisas de la dictadura no se han traducido en acuerdos concretos que frenen la aplicación de nuevas sanciones internacionales».
Max Jerez insistió en que «es necesario tomarse el tiempo adecuado, lo que no significa que los acuerdos sean los mejores, o que vayan en sintonía de toda la mesa, ellos quieren acuerdos satisfactorios para ellos, y nosotros lo mismo. La tarde de hoy o mañana serán claves en lo relativo a lo que se ha obtenido y no sabría decir qué va a pasar».
En menos de 24 horas sabremos si el régimen de Daniel Ortega y la Alianza Cívica deciden ampliar las negociaciones, esto ante las constantes críticas de la lentitud del proceso y de la promesa de la dictadura de liberar a todos los presos políticos, en un plazo máximo de 90 días. Hasta hoy solo han sido excarcelados de manera oficial 150 presos políticos, esto podría ser uno de los pocos éxitos que se han logrado por parte de la Alianza Cívica, ya que la firma donde el régimen se comprometía a respetar los derechos básicos de los nicaragüenses fue violada 24 horas después.
Los miembros de la Alianza Cívica han actuado como gallo gallina, eso de que porque la OEA acepto los 90 días para liberar a los presos políticos, ellos lo aceptaron es un argumento demasiado flojo y tímido, desde el comienzo de decía que sin liberar a los presos políticos no había negociación, tenían que retirarse inmediatamente de la negociación, no perder el tiempo con la famosa hoja de ruta en donde Asesinos y Criminales exigen respeto, cuando ellos no lo han tenido ni lo tienen para el pueblo. En cuanto a tocar temas económicos en las negociaciones, es contraproducente, pues sería una a favor del régimen para ganar tiempo, los grandes empresarios si tuvieran voluntad llamarían a un paro indefinido, ellos son culpables de todo lo que ha ocurrido, se echaron millones a la bolsa mientras al pueblo lo sometían con su famosa alianza publico privado. Libertad para los presos políticos ya.