A nueve meses de las protestas en contra de la dictadura de Daniel Ortega, Andrea López Sandino, de 80 años, habitante del barrio Fátima en Masaya, narra las circunstancias en que muere su hijo, Carlos Manuel Sandino López de 40 años, una de las primeras víctimas asesinadas por la policía, el pasado 21 de abril.
Según familiares, Carlos Sandino López, era un hombre honesto y trabajador, laboró como ayudante en unidades de buses y su último trabajo fue en un taller de talabartería, donde estuvo siete años como despachador.
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El sábado, 21 de abril, en horas de la tarde, mientras se disponía a comprar comida en el barrio “La Bolsa”, en Masaya, una bala impactó en su hombro derecho y se alojó en el lado derecho del abdomen. Carlos murió al instante.
Nunca estuvo involucrado en las protestas
“Mi hijo era trabajador, no se metía con nadie, cuando iniciaron las protestas, siempre estuvo al margen, solo salía a trabajar y se regresaba a su casa en la Villa 12 de Mayo. Recuerdo que el día que lo mataron era un sábado, él vino por la tarde a visitarme y salió a comprar comida, al rato me vienen a decir que estaba muerto”, comenta Andrea López, madre de Carlos Sandino.
Carlos Sandino, lo apodaban “La Viuda”, debido a las constantes veces que mencionaba esa palabra cuando le salía mal alguna estrategia de juego en su juventud. Su madre lo recuerda como un hijo ejemplar, alegre y muy cariñoso. Afirma que nunca tuvo conflicto con ninguna persona. “Mi hijo era muy atento conmigo, cuando venía a visitarme se sentaba en mis piernas y me decía, “mama, verdad que yo soy su cumiche”. Nunca se olvidó de mi cumpleaños, entre todos sus hermanos me lo celebraban, ahora solo recuerdos me quedan de él. Me lo mataron sin haber participado en ninguna protesta ni confrontación”, narra entre lágrimas Andrea López.
Familia trabajadora
A sus 80 años, Andrea López afirma que ella siempre luchó para darle lo mejor a sus hijos, ejemplo que Carlos Sandino y sus hermanos retomaron para salir adelante. “Fue difícil criar a mis hijos, porque eran ocho. Carlos es de mi primer matrimonio, trabajé lavando ropa, planchando, vendiendo, pero nunca les faltó nada a mis hijos”.
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Pese a su edad, Andrea López, aún sigue trabajando para poder salir adelante con sus hijos. “Vendo zapatos al lado de Los Pueblos, todo los domingos viajo, no es mucha la ganancia, pero ayuda para el sustento”, afirma la anciana.
Según Andrea López, después del asesinato de su hijo, trabajadores del Misterio de Salud llegaron a su vivienda, preguntando por el estado de alud de ella, creyendo que podía tener pérdida de la razón, a causa del asesinato de su hijo. “Después que muere mi hijo, vinieron varias personas del MINSA, vinieron a verme y preguntaron si yo no tenía problemas a raíz de la muerte de Carlos, al parecer creían que yo estaba loca, pero le dije al doctor que de nada he padecido y que estoy muy bien de salud, solo que me invade el dolor y la tristeza de saber que mi hijo está muerto”.
“Siempre estará en nuestros buenos recuerdos”
Bernardo José Sandino, uno de los hermanos de Carlos Sandino, recuerda a su hermano como ejemplo de lealtad y amor hacia su familia. “No tengo quejas de mi hermano Carlos, siempre fue una persona tranquila y cariñosa, siempre nos llevamos bien, es dura su pérdida, pero siempre lo recordaremos como una gran persona”, finalizó.