[vc_row][vc_column][vc_column_text]La campesina Elea Valle, de La Cruz de Río Grande, a quien el Ejército de Nicaragua le asesinó a dos de sus cinco hijos, aun destrozada por esperar más de dos meses la entrega de los cuerpos, se presentó a las oficinas de relaciones públicas de la Policía Nacional, en Plaza el Sol, para entregar una carta dirigida a la comisionada general Aminta Granera exigiendo que le entreguen los cuerpos de sus niños y que se respete la memoria ellos porque “no eran delincuentes, los delincuentes son ellos (la Policía y el Ejército)”.
La Policía Nacional, hace cuatro días, presentó un comunicado en el que indicó que exhumarían los cuerpos de seis delincuentes con los que el Ejército de Nicaragua tuvo un intercambio de balas en La Cruz de Río Grande, en el documento se reflejaron los nombres de Francisco Alexander Pérez Valle, de 12 años, y de su hermana, la adolescente Tania Yuheisi Valle, de 16, a quienes la institución presentó como “otros integrantes de la expresión delincuencial”, sin referirse a sus edades ni a los reclamos que ha presentado la madre de las víctimas.
En tono cansado, Elea Valle narró que se siente mal por las mentiras que están diciendo de sus hijos. “Mis niños no eran delincuentes y yo no puedo permitir que queden como delincuentes, ellos no eran ladrones, ellos eran unos menores de edad, entonces ellos no pueden quedar como delincuentes”, expresó la campesina.
Valle, plasmó en la carta su repudio por la intención de la Policía de negar que sus hijos eran menores de edad y que su hija Yoheisi fue violada y turturada, mientras Francisco fue apuñalado con saña. “ Yo miré todas groserías que tenían los cuerpecitos”, reclamó la mujer en las afueras de Plaza El Sol.
Ante el anuncio oficial de que los cuerpos serían exhumados y entregados a sus familiares, Valle exigió que la Policía la llame para presenciar el momento en que saquen los cadáveres y reconocer que efectivamente se trata de sus hijos. “Que me llamen y que yo pueda ver de dónde los van a sacar y que son mis hijos”, comentó Valle, quien dijo sentir desconfianza que le entreguen “un cadáver de animal”.
“Tengo miedo”
Valle, dijo a los medios de comunicación que teme por su vida ya que los pobladores de La Cruz de Río Grande le han expresado que hay rumores de que el Ejército está esperando a que llegue a la montaña para matarla. Esa información ha generado en la campesina temor, por lo cual solicitó a las instituciones que la dejen de atemorizar, la dejen vivir tranquila porque “ya me quitaron a mis hijos y conmigo ya no tienen nada que hacer”.
Acompañamiento
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos acompañó a Valle a presentar la carta ante la Policía Nacional. Wendy Flores, abogada de la organización, expresó que esta acción es para reiterarle a la comisionada Aminta Granera que Elea Valle es parte de esta investigación por lo que debe estar presente durante la exhumación de los cuerpos. Flores invocó el Código Procesal Penal que establece que los familiares de las víctimas tienen derecho a presenciar la exhumación y realizar con ellos las pruebas de ADN para la ubicación correcta de los restos.
Caso ante la CIDH
La abogada del Cenidh informó que el 24 de noviembre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó información sobre la denuncia de Valle y sobre la masacre de La Cruz de Río Grande al Estado de Nicaragua. Según explicó Flores, en la solicitud de la CIDH requirieron datos sobre el avance de la investigación y las medidas que se están tomando en el caso.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]