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Los bachilleres de colegios públicos, desde el 28 de noviembre, iniciaron a recibir el bono que cada año les entrega el Gobierno para apoyar los gastos de promoción. Sin embargo, para los estudiantes mil córdobas no es suficiente para sufragar lo que gastan sus padres en ese evento.
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, anunció que el bono se entregaría a 60 mil 300 alumnos, lo que representa un desembolso de más de 60 millones de córdobas, un 7.8 % de la partida presupuestaria del Ministerio de Educación (Mined).
«Bono es insuficiente»
Francisco Morales, estudiante del Colegio Luis Alfonso Velásquez Flores, afirmó que el bono no se ajusta a los costos de la indumentaria que usan en la promoción, ya que, en estas fechas, los precios aumentan. Morales, también, detalló que con los mil córdobas solo se compró unas zapatillas, por lo que el Gobierno «debería de aumentar la cantidad porque con mil córdobas no alcanza para la mudada completa para la promoción».
Según la bachillera Estrella Vanegas, el Gobierno debería valorar la cantidad que se le da a cada estudiante, «pues no todos tienen las mismas posibilidades económicas para costearse los gastos de promoción». Vanegas manifestó que, si estas cantidades no son proporcionales a las condiciones económicas de las familias de los alumnos, «no se cubren todos los gastos, entonces, los estudiantes se quedan con la ilusión de subir a retirar su diploma».
Error de focalización del bono «solidario»
La economista y experta en temas institucionales y sociales Lylliam Huelva explicó que ese tipo de incentivos deben ser aclarados, ya que no se sabe si es por motivar a los estudiantes para que culminen sus estudios con excelencia o para apoyar a la población más empobrecida con los gastos de promoción. No obstante, el delegado del Mined en Managua, Sergio Mercado, declaró a medios oficialistas que el bono entregado a estudiantes es «un regalo de Daniel (Ortega, presidente de Nicaragua)».
Para la especialista en economía, no se trata de que este tipo de programas sean buenos o malos, sino que «son los peor focalizados». A su vez, recalcó que estos métodos de apoyo «terminaban en manos de personas que no están en situación de pobreza […] y, si la idea final del Gobierno es ayudar a las familias con los gastos de promoción, entonces, deberían de llegar a los estudiantes más empobrecidos».
La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), en el informe Incidencia del Gasto Público en la Disminución de la Pobreza y la Desigualdad, detalla el error de focalización del programa social que impulsa el Gobierno con el bono solidario, ya que «con el ajuste indicado, los porcentajes de fuga caen significativamente, pero siguen siendo elevados». En el documento, sugieren la revisión de «los grupos meta que están recibiendo la intervención (programas sociales) en empleados públicos […] y bachilleres».
Según Huelva, la mejor forma de llegar a los grupos meta con los programas de bonos podría ser mediante un registro de la situación de cada estudiante. Aunque, aclaró que esto en materia administrativa sería más complejo porque «requeriría del Gobierno mayor información de la situación económica que viven las familias».
La especialista en economía recomienda aminorar esos gastos de promoción de los bachilleres, por lo que sugirió reducir la flexibilidad en la elección de la indumentaria que deben usar los estudiantes. Huelva Indicó que una normativa que estipule los uniformes escolares como la vestimenta oficial de las graduaciones vendría a disminuir los gastos que asumen los padres.
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