[vc_row][vc_column][vc_column_text]Daniel Ortega fue repudiado por la ciudadanía de Masaya que cerró las puertas de sus casas en símbolo de repudio a un régimen que en los últimos dos meses y medio ha asesinado a 35 de sus habitantes.
Ortega llegó a Masaya blindado por un ejército de policías y paramilitares y finalizó la caravana que encabezó a bordo de su Mercedes Benz de 265 mil dólares en el cuartel de la Policía de esa ciudad, el mismo sitio de donde han salido los operativos de matonaje contra la población civil.
Ortega no logró entrar a conmemorar el 39 aniversario del repliegue táctico a Masaya en la plaza principal del barrio histórico de Monimbó, donde se había realizado históricamente. Los habitantes de Monimbó juraron que Ortega no entraría a su poblado y pese a los esfuerzos del régimen por atemorizarlos y desmontar las barricadas, finalmente se tuvo que conformar con la llegada hasta la delegación policial, donde se encerró para pronunciar su discurso, centrado, otra vez, en la afirmación de que su gobierno “promueve la paz”.
“Estamos aquí en la policía con el (comisionado) general (Ramón) Avellán, que ha estado aquí sufriendo durante 55 días y yo comunicándome con él y diciéndoles ´no les disparen´”, narró Ortega durante su discurso, aunque todos los nicaragüenses saben que la policía de Masaya ha desatado una carnicería humana para desmantelar las barricadas que los pobladores construyeron en la ciudad.
“Invito a todos aquellos que todavía están ahí, a que depongan la confrontación y la violencia para darle al pueblo la paz que Nicaragua necesita”, dijo Ortega en medio de una pírrica militancia fiel que fue encerrada en la estación de policía.
Intenta volver a coquetearle a los empresarios
“Invitamos a campesinos, a la pequeña empresa, a la mediana empresa, a la gran empresa, a todos que retomemos el camino de la paz”, dijo Ortega antes de cerrar su alocución de 11 minutos, antes de subirse a su Mercedes Benz y regresar a Managua.
Ortega entró a la ciudad de Masaya para hablar en el cuartel policial ante el repudio generalizado de una población que ha sufrido la represión de su régimen, mientras sus seguidores fueron limitados a mantenerse a bordo de motocicletas y camionetas del Estado que únicamente estaban autorizados a llegar hasta la rotonda San Jerónimo, en la entrada principal de la ciudad.
Mientras el convoy de Ortega entraba a la ciudad, en las orillas de las calles era notoria la presencia de hombres encapuchados y vestidos de civil que portaban fusiles de alto alcance para evitar que la gente se acercara al caudillo.
Mientras Ortega salía de la estación policial, una escasa militancia con rostro decaído se resignaba a que “su líder” tuviera que regresarse fuertemente escoltado, mientras en Monimbó la resistencia ha quedado más moralizada que nunca por que finalmente logró evitar que el gobernante llegara a burlarse de los muertos de su barrio.
“Monimbó victorioso desde el inicio dijo que Ortega no entraba y no entró”
El dirigente social de Masaya, Yubrank Suazo destacó como una “victoria contundente” que Ortega no haya podido entrar a la comunidad indígena de Monimbó. “Una vez más aquí el que salió victorioso fue el pueblo de Masaya y el pueblo de Monimbó que desde el inicio dijo que aquí Ortega no entraba y no entró. Él (Ortega) se tuvo que replegar al cuartel de policía”, dijo el líder del Movimiento 19 de Abril de Masaya.
Suazo también resaltó que “las imágenes hablaron por sí solas. La población cerró sus casas y las calles lucieron un desierto. Todos los nicaragüenses pudieron verlo”.
“Monimbó se encuentra en alerta. Hay tensión por amenazas de ataque, pero estamos muy animados y alertas para defender nuestro barrio”, sentenció Suazo.
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