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Las situaciones extremas y devastadoras como la que se vive en Nicaragua, desde el pasado 19 de abril con la explosión de protestas sociales, han desencadenado una creciente alteración en el estado de ánimo de todos los nicaragüenses.
La Organización Mundial para la Salud (OMS), (criterios CIE-10), explica que el trastorno de estrés postraumático surge como una respuesta tardía a un acontecimiento estresante o a una situación (breve o duradera) de naturaleza, excepcionalmente, amenazante o catastrófica, que causarían por sí mismo malestar generalizado en casi todas las personas.
Suelen causarnos conmoción y confusión, especialmente, durante los primeros días. Aunque no se sufran lesiones, el impacto emocional puede ser intenso, por eso ello, es importante conocer las señales del estrés traumático para poder enfocarse en una recuperación adecuada. La Asociación Americana de Psicología (APA por sus siglas en inglés) señala que entre las reacciones más comunes se encuentran las siguientes
Negación, se puede negar que el evento traumático que sucedió, o bien, intentar minimizarlo diciendo que no fue tan estresante o tan grave.
Conmoción, es una perturbación súbita e intensa del estado emocional que puede hacerte sentir confundido y aturdido, desconectado de la realidad o paralizado.
Intensificación de emociones, tu estado de ánimo es variable: puedes experimentar ansiedad, nerviosismo o una profunda tristeza, reaccionando con llanto fácil ante cualquier situación por muy sencilla que sea; o quizás te encuentras más irritable de lo normal, enojándote con más facilidad.
Comportamiento alterado, es posible que tengas problemas para concentrarte en tu trabajo o en tus rutinas, presentando dificultad en la toma de decisiones.
Puedes experimentar problemas para conciliar el sueño, acompañado de pensamientos recurrentes sobre lo ocurrido durante el día. Estas imágenes o recuerdos de lo vivido pueden causarte taquicardias, dificultad para respirar o sudoración.
También pueden aumentar los problemas o conflictos interpersonales con los compañeros de trabajo y en las relaciones familiares. Dependiendo de la personalidad, algunos pueden presentar conductas de aislamientos y falta de ánimo para realizar actividades cotidianas.
Es importante saber que el estrés puede empeorar el estado de enfermedades preexistentes, si padecías de gastritis o dolores de espaldas, lo más probable es que la situación de estrés que vivimos en nuestro Nicaragua sea desencadenante en la aparición de algunas enfermedades crónicas y agudas; así como presencia de náuseas, cefaleas o dolores de pecho que pueden necesitar atención médica y psicológica para un mejor manejo.
Todas éstas reacciones son normales después de un evento traumático, pero la intensidad y forma de reaccionar de cada persona es variable, pues tiene mucho que ver la historia personal, las características de personalidad y las redes sociales con las que cuenta. La APA recomienda que se busque ayuda psicológica profesional en cuanto sea posible, pues manejar a tiempo este estrés te ayudará a sentirte mejor con más rapidez.
¿Cómo controlar el estrés?
El plan de protección o de seguridad consiste en ayudar a la persona a discriminar las situaciones que generan el estrés en su vida. En el contexto en que vivimos en Nicaragua, el ambiente de violencia, es un detonante constante que amenaza nuestra estabilidad emocional. Debemos evitar situaciones de violencia en nuestro núcleo familiar, social o laboral. Si no se puede evitar la situación de violencia que vivimos en nuestro país y no está en nuestras manos ponerle fin, es necesario identificar que se debe buscar calma en medio de la crisis. Es importante hacer actividades distractoras que ayuden a disminuir o mitigar los comportamientos angustiosos y con un componente catastrofista.
A continuación, describiré algunos pasos, para llevar a cabo un plan sencillo de intervención:
Paso 1. Establecimiento de la colaboración:
Que la persona se deje ayudar. El establecimiento de la colaboración requiere una comprensión total de la situación que se está viviendo en nuestro país, y esto implica comprender la propia experiencia sin juzgarla, con el objetivo de validar y aceptar que hay una serie de emociones presentes en estos días, como tristeza, inseguridad, enojo, vulnerabilidad etc. El principal acuerdo de colaboración radica en que la persona tome consciencia de su propia afectación, y que para ello es importante cuidar su salud mental, que necesita ayuda y es necesario poner en práctica estos consejos.
Paso 2. Identificación de situaciones de riesgo: es importante analizar las situaciones recientes de vulnerabilidad social, muertes, estallidos de violencia, falta de recursos económicos como consecuencia del desempleo masivo, con la finalidad de establecer un patrón conductual ante este tipo de agresión.
Es importante que la persona piense que esta situación es transitoria y, mientras tanto, debe aprovechar este tiempo para hacer actividades que antes no había podido como, por ejemplo: Sembrar una planta, podar el jardín, pintar una mesa, reparar alguna ropa, leer un libro, arreglar documentos, etc. Es decir, mantener la mente lo más ocupada posible. Esto permitirá que vivamos los momentos críticos de forma diferente y será una manera saludable de proteger nuestra salud mental.
Paso 3. Establecimiento de conductas de autocuidado: al realizar el análisis y establecimiento del patrón conductual de violencia y agresión a la que estamos expuestos en nuestro país, es importante determinar las conductas que la persona violentada requiere ejecutar, no sólo en las situaciones de riesgo sino también en su vida cotidiana.
No existen fórmulas mágicas para establecer el autocuidado en estas situaciones; sin embargo, algunos repertorios conductuales suelen ser útiles como; evitar las situaciones de agresión física, el no establecer confrontaciones con discusiones de cualquier tipo, con personas que piensan diferentes, no engancharnos en provocaciones con los vecinos que son del “otro bando”.
Para ello, se debe establecer distancia física de los lugares de conflicto directo y situarse en lugares que le permitan correr, protegerse o retirarse del lugar, buscar sitios seguros dentro y fuera del lugar donde se ejecuta la agresión, tener a la mano una forma de contacto junto a los datos de las personas que pueden apoyar en caso de emergencia.
Llenar tu día de actividades placenteras, como las que les he mencionado. Además, es importante darte momentos de respiro de las noticias de los medios de comunicación, ya sea por tv o celular. Algunas veces no somos conscientes de la cantidad de tiempo que le dedicamos a estar, constantemente, conectados buscando información sobre el acontecer en Nicaragua. Algunas cosas que pueden ayudar a tu salud mental es quedarse en casa de los amigos y con ellos poder realizar actividades lúdicas, como una rica comida o juegos de mesa. No obstante, es importante tener a personas con las que se pueda compartir ideas, sensaciones y experiencia vivida sobre los acontecimientos que vivimos en nuestro país y que generan los sentimientos de estrés psicológico.
Yelba Godoy López
Psicóloga Clínica y de la Salud.
Neuropsicóloga Clínica y especialista en Demencia
Sexóloga Clínica y Terapeuta de pareja
Código MINSA 43947
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