[vc_row][vc_column][vc_column_text]La violencia se considera un problema de salud, ya que, alrededor de 1.6 millones de personas en el mundo pierden la vida y muchas más sufren lesiones no mortales como resultado de este fenómeno, esto además acarrea costos psicológicos al sistema de salud y a la calidad de vida de las personas. En los últimos dos meses Nicaragua se ha sumergido en una situación que violencia que deja luto y dolor, pues a diario se habla de niños, adolescentes y jóvenes asesinados.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia se define como el uso intencional de la fuerza o poder físico, de hecho o amenaza contra uno mismo, otra persona o un grupo de comunidad, que cause o tenga probabilidades de provocar lesiones, muerte, daño psicológico, trastorno del desarrollo o privaciones (OMS, 2003:5).
Ante tantos heridos y asesinados que dejan familias destrozadas emocionalmente por la ruptura es importante que la sociedad conozca que el duelo no es algo negativo. Este es un proceso de adaptación a una nueva situación después de una pérdida. Aunque, tradicionalmente, se ha entendido el duelo como el proceso de tristeza asociado a la muerte de alguien cercano.
En la actualidad cuando se habla de duelo se sabe que se trata de todas las situaciones que conllevan una pérdida y todas ellas llevan asociado un proceso de duelo. La situación que vivimos en Nicaragua nos ha llevado a una vivencia de duelo a muchos niveles, por ejemplo: muchos nicaragüenses están dejando el país o están enviando a sus hijos donde sus familias en el exterior, hay altos niveles de despidos laborales, pérdida de una estabilidad económica y la dificultad del pago de los bienes materiales.
Otro de los escenarios es que las personas que ya se había independizado están volviendo a vivir con sus padres, otras están siendo amenazadas, perseguidas, y tienen que cambiar de barrio o de ciudad por el miedo a sufrir daños en su integridad física. Y, obviamente, la más evidente es la pérdida de vidas, este es el mayor duelo que una persona puede vivir por un ser querido, el ejemplo más duro es el de las madres que han perdido a sus hijos en los enfrentamientos sociales. Hay que tener en cuenta que los síntomas del duelo no son solo emocionales, puede haber también síntomas físicos como cansancio extremo, pérdida del apetito o pérdida del deseo sexual.
El duelo puede alargarse más o menos en el tiempo, aunque se calcula que, como media el tiempo está entre seis meses y un año. Para ello es importante:
- Aceptar que estás en un proceso de duelo, y que es normal sufrir cuando hay una pérdida y que lo superarás poco a poco, pero mientras se vive en el proceso no debes sentir culpa, por estar triste o no tener fuerzas.
- Aceptar los sentimientos: La tristeza no es el único sentimiento que puedes tener, a lo mejor y lo que sientes es enojo o ansiedad. Acepta los sentimientos y no te juzgues.
- Comunica lo que sientes: No sintás vergüenza ante lo que digan los otros. Comparte tus sentimientos, pensamientos, busca aquella persona con la que te sintás en confianza o con un profesional de la salud mental que te acompañe en este momento de duelo. No escondas tu dolor con tu entorno, si tenés hijos, y te ven llorar o triste se no lo evités. Mostrar los sentimientos sin temor ni vergüenza es una buena forma de enseñarle a tus hijos que es sano expresar lo que uno siente.
- Rodeate de gente: al inicio del duelo no dan ganas de relacionarse con otras personas, pero debes de intentar no estar solo mucho tiempo. Tus amigos o familiares entenderán cómo te sentís y te acompañarán hasta que el duelo vaya finalizando.
- No te deshagas de los objetos del motivo del duelo. Es importante no huir del problema. Esa persona y esos objetos son parte de tu historia y poco a poco lo irás integrando en tu vida cotidiana, date tiempo.
- Cuidate de manera global: aunque no tengas ganas de hacerlo. Mantener cierta rutina de cuidados personales como: el aseo personal, alimentación, descanso nocturno y diurno, actividad física, levántate y camina por casa, activa tus músculos con algunos estiramientos.
- Tomate tu tiempo: no tengás prisa, no te presionés. No hay una fecha límite para finalizar el duelo. Poco a poco te irás sintiendo mejor.
- Busca un terapeuta o un grupo de apoyo: los grupos de apoyo están normalmente formados por personas que están pasando por diferentes situaciones de duelo. En ellos se habla sobre los sentimientos y las emociones y permiten normalizarlos en un contexto concreto.
Si vez que el duelo se alarga y no hay soluciones en este proceso, busca una ayuda profesional, para evitar que tengas un duelo complicado que desencadene más problemas a tu vida. A veces el proceso de duelo se alarga demasiado en el tiempo o la afectación en la vida normal de la persona es muy extrema. Por ello, es recomendable buscar apoyo psicológico a la mayor brevedad.
¿Cómo hacer para que afecte lo menos posible el estrés en las situaciones que se prolongan en el tiempo?
Lo que está viviendo la población en Nicaragua, es una situación de alta vulnerabilidad, ya que se encuentra en situación de riesgo constante, principalmente por el uso de violencia, con riesgo inminente para la vida, la prioridad es protegerse de la violencia generalizada y ayudar a rescatar a las personas que sufren de la situación de riesgo y violencia.
Por ello, nos enfrentamos a una gran dificultad, cuando hablamos de una recuperación de la experiencia traumáticos derivados de la situación de violencia o eventos traumáticos, así como las secuelas psíquicas y/o físicas, que están siendo ya un impedimento a la inserción a la vida cotidiana. Esto complica el pronóstico en la recuperación de la población nicaragüense, ya que no sólo se debe trabajar en el ámbito de la salud física y emocional, sino que se requieren programas que promuevan la independencia y la generación de recursos propios, a fin de generar condiciones de vida favorables en cuanto la crisis finalice.
Por ello, los enfoques de atención a la población serán de gran reto, puesto que deberá de involucrar atención multinivel, ya que un programa que involucre atención, médica, psicológica, familiar, legal y laboral requiere de muchos recursos económicos y humanos, así como de la participación activa y voluntaria de aquellas personas víctimas directas que han sufrido el impacto hacia sus derechos humanos.
Como ya se indica, es importante hacer uso del autocuidado mientras esta situación crítica permanece en el tiempo. Debemos de conocer los cauces adecuados que pueden ser de utilidad en caso de emergencia, en cada una de nuestras ciudades para garantizar la siguiente ayuda:
- Primeros auxilios psicológicos que nos ayudarán a sobrellevar los momentos de mayor crisis psicológica y nos enseñarán a regular nuestras emociones y conductas ante los hechos de violencia que estamos expuestos. Mejorando los estilos de afrontamiento y nos ayudará a identificar las patologías y acudir a los profesionales de la salud.
- Atención necesidades básicas, importante asegurarnos que hay en existencia para dar respuesta por un tiempo mientras dura la crisis.
- Dar apoyo a los miembros de la familia que indiquen mayor afectación emocional, acercándonos y haciéndoles saber que estamos con ellos.
- Con los niños, niñas que son un grupo de alta vulnerabilidad, se les aconseja que no estén escuchando o viendo noticias violentas puede tener un efecto pernicioso sobre ellos. Es importante darles la información adecuada a su edad, y explicarles que los mayores estamos para protegerles y les vamos a proteger.
- Con los niños se debe de estructurar un horario estructurado de lunes a viernes, que contenga un tiempo de estudio, de lecto-escritura, de colaboración en el hogar, de juegos al aire libre, etc.
- Con los adultos mayores, quizás la mayoría ha tenido la experiencia de la guerra del 79 en Nicaragua y puede que la estén reviviendo de una manera angustiosa, con sentimientos de inseguridad.
- No es saludable disfrazar la realidad que vivimos, no es positivo porque sobre todo los adultos sí viven con miedo y ansiedad la situación. ¡Y los niños esto lo sienten, son todo un radar emocional como sabés!
Son muchas cosas que se pueden hacer individual y socialmente para poder cuidar nuestra salud mental, hay que trabajar mucho desde la escuela con las madres y padres de familia, en los centros de salud, hospitales, iglesias, empresas y sociedad civil. Si queremos restaurar nuestra salud integral debe de involucrarse diferentes sectores como el de la salud, medios de comunicación, ONG´s activas en las redes sociales.
Debemos de dejar ser sujetos pasivos de la violencia, dejemos de ser testigos y pasar a ser sujetos activos fomentando la NO violencia y el cuido de nuestra salud física y mental personal y de nuestro entorno. ¡Ánimo y adelante!, que todo se puede restaurar si tenemos una buena disposición!
Yelba Godoy López
Psicóloga Clínica y de la Salud.
Neuropsicóloga Clínica y especialista en Demencia
Sexóloga Clínica y Terapeuta de pareja
Código MINSA 43947
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