[vc_row][vc_column][vc_column_text]Tres jóvenes originarios de Monimbó, del departamento de Masaya, se presentaron, este 18 de mayo, a la oficina habilitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Hotel Inter-Continental Metrocentro, para interponer formal denuncia de las agresiones que aseguran fueron cometidas por el Gobierno de Daniel Ortega.
Agner Dávila, Pedro Gaitán y Kevin Flores comparten el mismo dolor de haber perdido un ojo. Todos intentaron apoyar la lucha de sus hermanos de Monimbó que, afirman, estaban siendo atacados brutalmente por la Policía Nacional y las turbas orteguistas.
Kevin Flores de 21 años narró como hace un mes exactamente, el 19 de abril, decidió unirse a las protestas que se desataron en todo el país a raíz de las muertes de estudiantes. Este joven asegura que le dolió ver como los agentes antidisturbios disparaban y lanzaban bombas lacrimógenas a las personas que protestaban pacíficamente.
“Yo me rifé (uní) a la protesta porque vi cómo le estaban tirando gases lacrimógenos a la gente, sin importarles que fueran ancianos o niños. Lo que me dio la fuerza o el valor para estar ahí (en las protestas) fue que vi a una muchacha que llevaba a un niño, de siete meses, en sus brazos iba atacada porque su bebé estaba agonizando por los gases lacrimógenos”, detalló Flores indignado.
Algo similar pasó con Pedro Gaitán, de 24 años, que explica que le molestó ver como su abuelita se estaba asfixiando en su casa, a causa de las bombas que lanzaban los agentes antidisturbios a los ciudadanos que protestaban.
“Mi abuela estaba a quince metros, dentro de la casa, y se estaba asfixiando y la cargué para llevarla al patio y, de ahí me fui asomar”, refirió Gaitán.
Ambos salieron en busca de apoyar a sus vecinos, amigos, hermanos nicaragüenses que resistían los embates de balas y bombas. Kevin Flores aseguró que se encontraba a dos cuadras de la Plaza Pedro Joaquín Chamorro resistiendo e “intentando hacer retroceder a los antimotines y turbas orteguistas”.
“Ellos (policías y turbas) llegaron a atacar el barrio, nosotros solo queríamos hacerlos retroceder. Yo me uní a eso de las 2 y 30 de la tarde, pero a las 5 me dieron un escopetazo, en ese momento no miraba nada, con ninguno de mis dos ojos”, narró Flores, mientras mostraba su parpado izquierdo cerrado y con supuraciones.
En el caso de Pedro todo estuvo peor. El ciudadano ni siquiera era de los que estaban lanzando piedras. Según Gaitán, él se fue a asomar luego de que dejó a salvo a las mujeres de su casa y se quedó conversando con un amigo que había recibido balazos en su pie.
“Yo no me metí a toda la bulla, pero me quedé platicando con un amigo al que le habían pegado un balinazo en el pie. Mientras me enseñaba sentí el impacto en mi cara”, relató Gaitán, quien ahora solo puede ver con su ojo izquierdo.
Los tres monimboseños fueron víctimas de balazos directos en los ojos, el apoyo de sus compañeros de lucha ayudó a que no se desangraran. Ellos en un principio fueron trasladado al Hospital de Masaya, posteriormente, han recibido ayuda del Programa de Prótesis Ocular para Estudiantes.
Kevin, Agner y Pedro tienen un mes de usar gafas oscuras que cubren el parche que deben usar para protegerse mientras les colocan una prótesis. Pero aseguran que continúan apoyando la lucha desde sus hogares y que lo único que desean es una Nicaragua libre, justa y democrática. Es por ello, que se presentaron a denunciar ante la CIDH la agresión que cometieron en su contra, pues concuerdan en que el Gobierno de Daniel Ortega ya no es reconocido como su presidente por las agresiones que ha cometido en contra de su pueblo.
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