[vc_row][vc_column][vc_column_text]En la segunda sesión del Diálogo Nacional el Gobierno de Daniel Ortega acordó una “tregua” con los sectores; privado, civil, campesino y universitarios, la cual consiste en el que la represión de parte de las turbas orteguistas y de la Policía Nacional cesaría durante 48 horas, a cambio de que los sectores debían comprometerse a permitir la “libre circulación” en los tranques que se mantienen en todo el país.
Daniel Ortega y Rosario Murillo en esta ocasión no aparecieron y su delegación, encabezada por Denis Moncada, canciller de Nicaragua, llegó con retraso. Pese a que los sectores se disgustaron por la falta de respeto para su tiempo y acuerdos, la mesa se organizó y empezaron las discusiones.
Azahálea Solís, abogada constitucionalista, miembro de la sociedad civil en la mesa de diálogo, afirmó que con la solicitud de tregua que hizo el Gobierno de Ortega-Murillo “ratificó que tiene el control de las fuerzas paramilitares y, ante ese hecho, no nos queda más que decir que Daniel Ortega está incapacitado política y moralmente para gobernar y, que no queda más que exigir su salida inmediata porque no es posible que esté en la máxima magistratura del Gobierno una persona que admite tener el control de las fuerzas paramilitares”.
Los estudiantes concuerdan con Solís, pues aseguran que con la tregua el Gobierno “está mostrando su verdadera cara”, además, aseguraron que acatarían la tregua, pero que las manifestaciones en todo el país continuarían. Los jóvenes informaron que las barricadas que se mantenían en el sector de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) se retirarían, pero que los atrincherados continuarían en sus almas mater.
Los universitarios también explicaron que esta “tregua” fue aceptada porque también saben que “el pueblo necesita reabastecerse”, por lo cual han accedido, pero esto no aplica para las manifestaciones pacificas.
Medardo Mairena, coordinador del Movimiento Campesino Anticanal, representante del campesinado que mantiene tranques en todo el país, señaló que evaluarían con las bases medidas para acatar la “tregua”, esto consistiría en dejar los tranques de manera escalonada.
“El retiro de los tranques lo vamos a evaluar con cada líder porque, lógicamente, ellos están demandando la renuncia y no ha habido evolución”, dijo el representante del campesinado.
Mairena reiteró aceptar “una tregua” no significa que “el pueblo de Nicaragua se va a desmovilizar, porque aquí tenemos un mismo objetivo en común así que vamos a continuar manifestándonos”.
Azahálea Solís, también indicó que en esta reunión con representantes del Gobierno pudo notar que “no hay muestras absolutas de entender lo que está pasando en el país y eso fue constatado en las intervenciones que cada uno hizo, hablando de temas que pretenden para el futuro, una especie de borrón y cuenta nueva o, en palabras del diputado Edwin Castro, hagamos un mejor país perfeccionémoslo”.
Todos los sectores concuerdan en que las conversaciones que se continuarán dando deber ser transmitidas en vivo por ser un tema de nación, sin embargo, el Gobierno y la Conferencia Episcopal mantienen su voluntad de que este continúe a puerta cerrada, únicamente, los obispos informaron que saldrán cada dos horas de las reuniones que se sostengan para dar comunicados oficiales de lo que acontezca en el Diálogo Nacional.
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