La Federación Coordinadora Nicaragüense de ONG que Trabaja con la Niñez y la Adolescencia (Codeni) aseguró que el Estado de Nicaragua “fue reprobado” durante el cuarto Examen Periódico Universal (EPU) en temas de derechos humanos.
La actividad se realizó en el mes de mayo en Ginebra, Suiza, donde Nicaragua recibió 279 recomendaciones de 90 países que participaban de la actividad, de las cuales 85 están vinculadas a los derechos de la niñez y adolescencia.
Marvin García, coordinador del Observatorio de Derechos Humanos de la Niñez y la Adolescencia detalló que las 85 sugerencias están centradas en el acceso a la justicia para determinar la “verdad” que garantice la reparación a las víctimas de violencia y evitar la repetición. Asimismo recomiendan al régimen de Nicaragua el respeto al derecho de libertad, integridad y seguridad de las personas.
De igual manera, orientan atender la problemática del trabajo infantil y derogar cualquier “ley, política o práctica que ponga obstáculos a las actividades legítimas para promover y defender los derechos humanos”.
No hay garantías para exiliados
García aseguró que las personas repatriadas no cuentan con la seguridad necesaria para regresar al país pese a que existe una ley, aprobada unilateralmente por la dictadura. Destacó que los recientes hechos muestran que en Nicaragua hay “inseguridad jurídica” y “una inseguridad ciudadana”, y que esto repercute en los niños, niñas y adolescentes.
Por su parte, Jorge Mendoza, vocero del Consejo de Coordinación explicó que pedir a los exiliados retornar al país sin garantías nacionales ni internacionales genera un estado de incertidumbre en los afectados.
“Hay casi 60 mil nicaragüenses de los que solamente 26 mil tienen el estatus de refugiados y de esos que tienen el estatus de refugiados solamente 8,200 nicaragüense tienen permisos de trabajo. El resto 52 mil nicaragüenses no tienen permiso para trabajar y en consecuencia no tienen las posibilidades de resolver las necesidades básicas”.
Mendoza concluyó señalando que durante su viaje a Costa Rica encontró familias exiliadas durmiendo en las calles o pidiendo para subsistir.