El exsecretario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Paulo Abrão afirmó, en entrevista con Artículo 66, que monseñor Rolando Álvarez se «está transformando en un símbolo central de la resistencia democrática en Nicaragua».
Las declaraciones del abogado se dan luego que en medios de comunicación se informara, a través de fuentes religiosas, que el obispo de la Diócesis de Matagalpa saldría de Nicaragua rumbo a Roma, como parte de la condición que estaría poniendo la dictadura sandinista para liberar al sacerdote, versión que fue desmentida por el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua.
Noticia relacionada: «Pareciera que al cardenal no le importa la situación de monseñor Álvarez» afirma sacerdote
Tras conocerse que una vez más el religioso se negó a ser desterrado del país, el defensor de derechos humanos dijo que «al no someterse a las imposiciones del régimen autoritario», Álvarez está enviando «un fuerte mensaje de que no los reconoce —a Daniel Ortega y Rosario Murillo— como legítimos».
«Decisión de liberar a monseñor está en manos de Ortega»
Subrayó, además, que si el dictador Daniel Ortega quisiera resolver la situación del prelado, «tomaría la iniciativa de abrir dialogo directo con el Vaticano».
«Monseñor sigue consistente en su posición de que apenas acepta órdenes y decisiones desde el Vaticano. Ortega y Murillo deberían dar un paso al costado de sus orgullos y entender la dimensión humanitaria del caso; así que desde todas las perspectivas, la decisión de liberarlo está en manos del gobierno de Nicaragua», agregó Abrão.
También manifestó que fue el mismo régimen orteguista que «dio causa a esta persecución política y son los responsables por esta inaceptable situación».
En cuanto a la pregunta de que si Ortega gana o pierde al tener preso al administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, el experto en derechos humanos indicó que la dictadura de Nicaragua «está perdiendo desde el día que encarceló a monseñor, porque su fuerza moral se impone sobre el arbitrio».
Ahogo económico a la Iglesia «es represalia»
Referente al ahogo económico que sufre la Iglesia de Nicaragua, Paulo Abrão consideró que esta acción es «una clara medida de retaliación —o represalia de la dictadura de Ortega— debido al rol que cumplió la Iglesia en acoger a los perseguidos y a los manifestantes».
«Las iglesias son lugares de protección en todos los lugares. Ellos no soportan una Iglesia que no es tutelada políticamente y tal vez estén subestimando la inteligencia del pueblo», dijo.
Noticia relacionada: Prisión de monseñor Álvarez y ataque a la Iglesia son «crímenes de lesa humanidad», aseguran opositores
Además consideró que los ciudadanos «saben que sus creencias están siendo afectadas y vilipendiadas por las autoridades en estas acciones arbitrarias, por lo que están limitando la libertad religiosa del pueblo nicaragüense».
Las declaraciones de Abrão se suman al repudio nacional e internacional por la represión del régimen de Daniel Ortega en contra de la Iglesia católica y de los religiosos, a quienes se niega a liberar.