Tras la serie de detenciones y acusación exprés contra unos 75 opositores en Nicaragua, la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab), considera que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha «afianzado el estado totalitario y de terror que se vive» en el país.
Desde el tres de mayo se inició una cacería de opositores que fueron detenidos en sus viviendas, por varias horas pasaron en las estaciones policiales o fueron trasladados a Managua para acusarlos por diversos delitos de «traición» a la patria.
Tras ser acusados por esos delitos inventados y excarcelados, los ciudadanos tienen que presentarse a firmar a una delegación policial o la capital. Las detenciones han sido acompañadas de allanamientos, robo de dispositivos móviles y dinero.
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«A ellos se les han abierto procesos judiciales espurios y sumarios, bajo los supuestos delitos de propagación de noticias falsas y menoscabo a la integridad territorial. Si bien muchos de ellos fueron enviados a sus casas, los juicios siguen abiertos y se les ha planteado la obligación de presentarse diariamente a las instalaciones de la policía orteguista», señaló la organización opositora en una declaración oficial.
«En los días siguientes, la policía ha estado realizando “visitas” a distintos ciudadanos nicaragüenses y familiares de otros en el exilio, a fin de amenazarlos y advertirles que son objetivo policial», añadió.
Las acciones del régimen, según la oposición «persiguen afianzar el estado de terror en el país y la indefensión de la población ante las cotidianas y flagrantes violaciones a los derechos humanos. No se puede permanecer indiferente ante esta situación».
Finalmente pidió la libertad de las personas presas políticas e hizo un llamado a la comunidad internacional a estar atentos y a no permitir que se sigan vulnerando los derechos humanos de la ciudadania nicaragüenses, y a que actúen con beligerancia contra Ortega y Murillo.