El desempleo, los altos costos de los productos, la inseguridad, la migración y la violencia son algunos de los factores que provocan el aumento de la pobreza en Nicaragua. Entre el 2007 y 2017 el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita tuvo una tasa de crecimiento promedio de 5.6 por ciento, lo que permitió que Nicaragua dejara de ser el más bajo en Centroamérica, al superar a Honduras.
“El Informe de Coyuntura” 2018, de la Fundación para el Desarrollo Económico y Social (Funides) resalta que “la disminución, según cifras oficiales, de las actividades hoteles y restaurantes, la construcción, el comercio y el sector financiero refleja la profundidad de la crisis económica”.
Dicho informe señala que el PIB de Nicaragua entre el 2018 y 2019 tendrá un impacto negativo en su bienestar, ya que se estima que para este año la contracción en la economía de la nación sea entre 7.3 y 10.9 por ciento.
El Funides aseguró que entre los efectos indirectos resalta la “incertidumbre”, a pesar que no hay represión violenta en las calles, existe desconfianza entre los inversionistas.
Bancos estáticos
La ruptura en la confianza y seguridad del país ha provocado que las entidades financieras no crezcan a tal punto de limitar la inversión en algunos sectores claves para el desarrollo económico y estructural, causando que los índices de pobreza crezcan en el mediano plazo.
Estimaciones del Funides, destacan que en el 2018, el 23.5 por ciento de la población se encontraba en “situación de pobreza”; para el 2019, las personas que bajen a esa condición ascenderá al 31% del total del habitantes. Estar en situación de pobreza significa que cada persona vive con 1.79 dólares o menos diario.
Dichos problemas tendrán sus efectos en la administración de los hogares obligando a las familias a reducir gastos, menor disponibilidad de alimentos y emigrar. La reciente encuesta realizada por CID-Gallup indica que el 62.5 por ciento de los nicaragüenses analizan que la situación de los hogares está “peor o mucho peor”.
Estas proyecciones se agudizan con el aislamiento y las sanciones de distintos países, sobre todo Estados Unidos, que incluyen la restricción de préstamos y donaciones,así como el bloqueo en instituciones financieras multilaterales.
Las sanciones que la comunidad internacional aplican a altas figuras del régimen deja a Nicaragua expuesta al aislamiento político y económico.