Este 12 de agosto se cumple un año desde la última vez que el diario La Prensa circuló como el único periódico que quedaba en Nicaragua. El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo emprendió una embestida contra el único medio impreso que quedaba en el país. Primero les retuvo papel y tinta en Aduanas y después orientó cerrarlo por supuestas investigaciones de lavado de dinero. Este viernes también se cumple un mes desde que sus periodistas se fueron al exilio.
La dictadura, a través de la Dirección General de Aduanas (DGA), retuvo durante más de 75 semanas la materia prima para la impresión del rotativo. La Prensa se vio obligada en sus últimos días a reducir su impresión a tamaño tabloide en la edición para ahorrar materiales de insumos como papel y tinta. El periódico tenía más de 90 años de circulación en Nicaragua.
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Al mediodía del 13 de agosto, más de 10 patrullas de la Policía, acompañados por una decena de empleados de los medios de la propaganda gubernamental, allanaron las instalaciones del diario para iniciar una supuesta investigación por defraudación aduanera, lavado de dinero, bienes y activos; pero en realidad lo que iniciaron fue una campaña a través de redes sociales de la dictadura para intentar desacreditar al medio.
Mediante una publicación en redes sociales, el medio independiente recordó que «a pesar de todo» seguirán comprometidos e informando a los ciudadanos. La medida gubernamental fue considerada un acto de represión contra la libertad de expresión y de prensa porque nunca hubo motivos reales para tal acción ejecutada por el régimen a través de la DGA.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por medio de su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE), señaló recientemente que el régimen ha roto la institucionalidad democrática y ha continuado su ataque en contra del periodismo independiente, además de continuar violando sistemáticamente los derechos humanos de los nicaragüenses.
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En el informe indica que con «declaraciones estigmatizantes y los señalamientos criminalizantes» de la administración de Ortega-Murillo, el régimen ha intensificado la escalada de violencia contra los periodistas. El relator especial para la libertad de prensa de la CIDH, Pedro Vaca, refirió que «hay una clara cacería de periodistas en Nicaragua», país donde el hostigamiento, la censura, la persecución, las detenciones y los procesos legales arbitrarios son parte del accionar del régimen.
Asimismo, enfatizó que «afecta el derecho a que la sociedad pueda recibir información. Eso ha impactado y es difícil para la prensa no solo acceder a información oficial, sino a personas que sientan la confianza para poder depositar su opinión para poder aportar al debate público».
Además, el relator de la CIDH recordó que hay un «exilio forzado de periodistas» que huyen de Nicaragua tras las amenazas, persecución y hostigamiento del régimen. Sobre la reciente arremetida contra los trabajadores de La Prensa, Pedro Vaca sostuvo que nunca había visto un exilio forzado masivo de toda una redacción de un periódico.