La vicemandataria de Nicaragua, Rosario Murillo, dedicó la introducción de su acostumbrado discurso a «reflexionar» sobre la «defensa de la paz y la soberanía», palabras que llegan un día después de que su régimen enviara una misiva al Departamento de Estado de Estados Unidos en rechazo al postulante como embajador del país norteamericano, Hugo Rodríguez.
Murillo expresó que su régimen mantiene «madurez política, y hacemos lo que debemos hacer para garantizar esa defensa intelectual, esa defensa mental, esa defensa espiritual de un patrimonio heroico porque esa es nuestra Nicaragua, patrimonio heroico de dignidad nacional, de decoro nacional, de honra nacional, que nadie puede ni arrebatarnos ni herirnos».
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La vocera gubernamental añadió que «para nosotros esa defensa de la paz, de la dignidad, de la soberanía, del bien común en nuestra Nicaragua es de principios, es de valores y es invariable». A su vez, Murillo envió un mensaje a su militancia de proteger «la estabilidad y la prosperidad de nuestra Nicaragua que tanto amamos y que tanto somos capaces de defender», una protección que algunos interpretan con la imposición de un estado policial de facto.
«Dignidad de nuestro heroico pueblo, noble pueblo, valiente pueblo, cómo la defendemos. Porque bueno, no es asunto de discutir los temas de soberanía, es asunto de saberlos defender con el corazón en alto, de saberlos defender teniendo presentes a todos los nicaragüenses, todas las nicaragüenses patriotas que hemos sabido en distintas etapas de nuestra historia asumir con valor, con amor esa defensa», continuó añadiendo Murillo.
El 28 de julio, el canciller de la dictadura nicaragüense, Dennis Moncada, apareció en una sorpresiva conferencia señalando que no permitirían a ningún diplomático «irrespetar, ofender, humillar, amenazar, protagonizar o ser factor de injerencia o intervencionismo en los asuntos internos de nuestro país». Además, indicó que esta comunicación fue dirigida al Departamento de Estado y al embajador en Managua, Kevin Sullivan.
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El candidato a embajador del país norteamericano se había comprometido ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado a continuar denunciando los abusos de poder del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. «Me comprometo a trabajar con el Congreso, colegas interinstitucionales y socios internacionales para presionar por el retorno a la democracia, el respeto de los derechos humanos y la libertad de los presos políticos en Nicaragua», dijo el postulante.
En su discurso concluyó prometiendo que, «haremos lo que podamos para ofrecer al pueblo nicaragüense un futuro mejor en su propio país. Sabemos que abordar las causas profundas de la migración irregular y el desplazamiento forzado, a lo largo Centroamérica y Nicaragua incluida, implica garantizar el respeto a los derechos humanos, generando oportunidades económicas y mejorando la seguridad ciudadana».