El mercado de artesanías de Masaya fue reabierto el 22 de septiembre, luego de ser incendiado, el 12 de mayo, por grupos delincuenciales del partido de gobierno, protegidos por la Policía Orteguista (PO). Sin embargo, con esta reinauguración, la actividad comercial todavía sigue en números rojos. El miedo a la represión y los secuestros, mantiene congelada la actividad en este centro de compras.
Según la alcaldía orteguista de Masaya, la reparación del histórico centro de compras costó a la comuna más de 16 millones de córdobas. No obstante, los turistas nacionales y extranjeros dejaron de visitar la ciudad desde que arrancaron las protestas que dejaron al menos 36 personas asesinadas en la ciudad de las flores. Los turistas también desaparecieron por la presencia de hombres encapuchados y armados con fusilería de guerra que asedian y secuestran a la población.
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“Se vende pero no como antes, son pocos los turistas que vienen a Masaya, hoy por ejemplo, no he vendido nada, ni un córdoba, esperemos que más tarde hagamos el día”, comentó un vendedor de unos de los módulos del mercado de artesanías.
Para muchos comerciantes, la situación cada vez está más difícil, puesto que esperaban que con la reapertura de este antiguo mercado, los turistas se animarían a regresar a la ciudad. “Está complicada la situación, antes aquí no se podía ni pasar, porque venían muchísimo turistas de distintos países, pero todo eso quedó en el pasado, lo más difícil es cuando llega el fin de mes, que es cuando hay que pagar la renta, a veces no hay para pagar y debemos recurrir a los ahorros para poder cumplir, solo en este módulo se paga 70 dólares, hay otros más caros”, refirió una dueña de un establecimiento, quien omitió su nombre.
Trabajadores sandinistas opinan lo contrario ante debacle en el comercio
Pese al ambiente solitario en el centro de compras, los simpatizantes del oficialismo defienden la “normalidad” en la ciudad. Los orteguistas insisten en afirmar que el comercio se estabilizó, después del ataque de policías y paramilitares en el llamado “plan limpieza” que dejó decenas de muertes y miles de ciudadanos que tuvieron que huir de sus casas.
Daniel Chavarría, trabajador de la alcaldía de Masaya, quien aduce que la afluencia de turistas es desbordante y que la seguridad es la mejor. “Con la reparación del mercado de artesanías se levantó el turismo en un 70%; hay afluencia de clientes de todas partes de Nicaragua y del extranjero, no está como antes, pero gracias a Dios se está levantando la economía”. El trabajador municipal también aseveró que la seguridad es la mejor y que no hay asedio ni persecución por las fuerzas armadas de la dictadura.
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“No solo los guardas vigilan, sino también los mismos comerciantes afines al gobierno, siempre andan encima de uno, así que debemos andar con cautela para no ser mal visto”, contradijo un comerciante, sin dar su nombre.
Mercado viejo sin guías turísticos
Antes del 19 de abril, la cantidad de extranjeros también brindaba la oportunidad a guías turísticos que ofrecían su servicio a los visitantes. “¿Qué guía turístico querés encontrar? Si ni clientes vienen, antes teníamos una especie de sindicatos, había una directiva y teníamos horarios de trabajo, pero ahora ya no existe nada de eso, porque no hay a quien ofertarle nuestros servicios, ojalá mejore la situación, porque ese era nuestra de sustento”, afirmó Luis Carrión, quien trabajó en el mercado de artesanías como guía turístico por más de 10 años.
En el mercado de artesanía también eran populares las noches de verbena, unas veladas culturales que todos los jueves exhibían un espectáculo de música nacional, bailes, marimbas y comidas típicas de la localidad. Con la represión, esos eventos también se acabaron. “A veces vienen personas de otros países, pero que digan que ya está estable eso es mentira, te invito a que vengas los jueves de verbena, vas a constatar que la realidad es otra, porque la mayoría que asisten son trabajadores del Estado. Creo que vamos a mejorar, pero no a como lo pinta el gobierno, esto es al suave, ojalá que ya se acabe la represión para gozar de nuestras culturas y tradiciones, porque los jueves de verbena hace relucir nuestra cultura”, finalizó.