El excanciller colombiano Álvaro Leyva Durán dirigió este 5 de mayo una segunda carta pública al presidente Gustavo Petro Urrego, en la que solicita de manera directa su renuncia por razones de salud, y sostiene que el mandatario sufre de una adicción que afecta seriamente su capacidad para gobernar. Esta es la segunda comunicación formal que Leyva hace pública en menos de un mes; en esta ocasión, es aún más explícito en su llamado a que el jefe de Estado se aparte del cargo.
En el extenso documento de siete páginas, Leyva —quien fue canciller de Petro entre agosto de 2022 y enero de 2024— sostiene que lo que enfrenta el presidente no es un asunto meramente personal, sino una «tragedia humana en cabeza suya; por ende en cabeza del Jefe del Estado», que está arrastrando al país a una «tragedia nacional».
«Señor presidente Petro, usted está enfermo. Su desaparición en París fue la reiteración de una conducta que puso de manifiesto una vez más la gravedad de su condición. De su adicción», escribe el excanciller.
«La enfermedad lo invadió, presidente. Debe aceptarlo para bien del país. (…) Usted sigue en la adicción. Al decir de los especialistas, trátase de una dependencia de sustancias que compromete las emociones y el equilibrio psíquico».
Uno de los pasajes más fuertes de la carta se refiere abiertamente al consumo de cocaína: «Ya desde el exterior lo miran a usted, señor, con ojo auscultor. (…) El presidente de Colombia, país de la coca, cayó en la trampa. En el vicio. Arbusto, la coca, en el que los sembradíos destinados a su cultivo crecen en el país exponencialmente. Como crece el crimen,su tráfico asesino, la muerte, el dinero corrupto. Y usted, consumidor, señor presidente».
Episodios de ausencia y descontrol
La carta incluye un inventario de eventos diplomáticos y políticos en los que, según el excanciller, Petro mostró comportamientos erráticos, no asistió o lo obligó a sustituirlo sin aviso.
Entre ellos, menciona que durante la visita presidencial a París, Petro desapareció sin explicación; que canceló su agenda en Davos en enero de 2023, dejando al excanciller a cargo de una reunión con el ex primer ministro británico Tony Blair; y que en una visita a Chile no asistió a la Corte Suprema, a pesar de que su presencia estaba programada como parte oficial de la agenda.
También relata que Petro desatendió dos llamadas del presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, y que en octubre de 2023, durante un banquete con el presidente chino Xi Jinping, guardó silencio total y no dirigió la palabra a su anfitrión, obligando a Leyva a sostener por sí solo la conversación diplomática:
«Dos horas largas conversé con el presidente Xi Jinping. A usted, una vez más, lo noté muy mal, presidente Petro».
Renuncia y transición institucional
Leyva sostiene que la única salida ante lo que llama una «inhabilidad manifiesta» del presidente es que él mismo reconozca su condición y active un mecanismo de transición mediante un «gran acuerdo nacional», sin rupturas institucionales y con participación de todas las fuerzas políticas y sociales del país.

«Llegó la hora de revisar su permanencia en la Presidencia de la República. (…) Sobre su persona, presidente, recae una grave inhabilidad manifiesta. Antes un secreto a voces, ya no. Y sí, muy grave».
Añade que el acuerdo nacional debería garantizar un desenlace sin persecuciones y con las condiciones necesarias para la recuperación del mandatario, a quien describe como «una persona inteligente que en sus horas de plena conciencia debe haber reflexionado sobre su estado».
El excanciller también anunció que hará llegar la carta al cuerpo diplomático acreditado en Colombia, para que los embajadores la remitan a sus respectivos gobiernos y se tenga conocimiento internacional de lo que describe como una crisis de gobernabilidad.
Petro responde
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, respondió este martes a la carta del excanciller Álvaro Leyva Durán. Acusó a su exministro de participar en un complot para destituirlo, supuestamente orquestado desde Estados Unidos por el senador republicano Mario Díaz-Balart, a quien señaló como el jefe de una estrategia internacional para removerlo del poder. Petro afirmó que la carta de Leyva no es un gesto aislado, sino parte de una ofensiva coordinada con sectores de la extrema derecha estadounidense.
«No la escribió por viejo amargado, porque su hijo no pudo ser canciller, no», expresó Petro durante un acto público en Bogotá. «Él anda buscando a los congresistas de la Comisión de Acusaciones para buscar que tumben al presidente, por esos hechos mentirosos que le ha puesto a la carta. Y se reúne con otros colombianos para eso. Está coordinando el plan, desesperados porque ya no pudieron, gracias a la sentencia de la Corte Constitucional, tumbar al presidente por el lado de los financiamientos de la campaña. No pudieron. Y entonces desesperadamente buscan otro motivo».
El mandatario fue más allá y acusó directamente al senador Díaz-Balart, identificado por él como el articulador extranjero de esta presunta conspiración. Según Petro, no se trata de una acción promovida por el actual gobierno de Estados Unidos, sino por su ala más radical.
«¿Saben quién dirige la reunión? Y no es un colombiano. Es el senador de los Estados Unidos, Díaz-Balart, de extrema derecha. No critico al gobierno actual de Estados Unidos porque creo que no es, pero espero no equivocarme», advirtió Petro, para luego afirmar: «En la extrema derecha estadounidense, la misma que mató a John F. Kennedy en los Estados Unidos. Él es el jefe, y lo que buscan es usar el Congreso (de Colombia) para tumbar al presidente».
Finalmente, Petro advirtió que una eventual destitución suya podría desencadenar una revuelta social en Colombia, que interpretaría la medida como un golpe contra la democracia y la voluntad popular.
«Y si eso llegase a pasar, debe estallar la revolución colombiana, porque es un infundio de los nazis en Estados Unidos. Y no lo denuncio porque sea antigringo. No soy antigringo», sentenció el presidente colombiano.
Álvaro Leyva Durán fue una figura importante en los diálogos de paz de Colombia desde los años ochenta y llegó al gobierno de Petro como ministro de Relaciones Exteriores, cargo del que fue suspendido en 2024 tras una controversia relacionada con contratos de pasaportes. Con esta segunda carta pública, Leyva vuelve a romper con el gobierno que integró, y sitúa el foco de atención sobre la salud y la supuesta drogadicción del presidente Gustavo Petro.