Este domingo, 13 de abril, la comunidad nicaragüense en Los Ángeles, California, saldrá a las calles para exigir libertad y justicia a siete años del inicio de las protestas sociales.
La marcha partirá a las 11:00 a.m. desde el 565 S. Hill St. en el centro de Los Ángeles, rumbo al City Hall, en una jornada que pretende enviar un mensaje de resistencia al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En el video de invitación divulgado en redes sociales se insta a los nicaragüenses a unirse a la «gran marcha azul y blanco». Participarán miembros de la diáspora, defensores de derechos humanos y excarcelados políticos.
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«¡Buenas noches, comisionado Avellán!» , así inicia el audiovisual recordando las noches de resistencia ciudadana desde Masaya donde los pobladores enviaban mensajes a través de un megáfono al jefe policial Ramón Avellán, considerado el «verdugo» de la ciudad y uno de los cabecillas y responsables de los crímenes de lesa humanidad.
«Es un momento importante por los presos políticos, por el país por cárcel, para que la condena de un país entero no continúe», remarca el video. «Desde abril, hasta la libertad», «¡Viva Nicaragua libre!», agregan como parte de las consignas que encabezarán la movilización.
Los organizadores invitan a los asistentes a llevar banderas, pancartas y, sobre todo, «su amor por Nicaragua».
El evento se realiza en un contexto en el que el 10 por ciento de los nicaragüenses ha tenido que salir del país debido a la represión del régimen sandinista. Desde 2018, la dictadura del Frente Sandinista ha intensificado la persecución contra opositores, periodistas, defensores de derechos humanos y organizaciones de la sociedad civil, provocando un exilio forzado que hoy supera los cientos de miles.
Las protestas dejaron más de 350 personas asesinadas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En las cárceles del país hay 53 presos políticos, algunos en calidad de desaparecidos.
La administración sandinista consolidó este 2025 una reforma constitucional total que garantiza la sucesión dinástica y que ubica a Nicaragua bajo una dictadura bicéfala dirigida por dos copresidentes: el matrimonio en el poder Daniel Ortega y Rosario Murillo.