La exguerrillera y analista política Dora María Téllez afirmó que el reciente nombramiento de Rosario Murillo como jefa suprema del Ejército de Nicaragua responde a una inseguridad personal de la codictadora, pues es de conocimiento público que ella no ejerce una autoridad real sobre los altos mandos militares.
La reforma legislativa, aprobada con carácter de urgencia y que blinda a Murillo con la misma autoridad que Daniel Ortega sobre las fuerzas armadas, es un capricho cumplido, asegura la exrea política. «La redacción de la reforma del Código Militar la hacen porque ella tiene una inseguridad muy grande sobre sus capacidades y su posibilidad de mandar sobre el Ejército. Entonces, ahora la han satisfecho poniendo eso en la ley explícitamente», dijo Téllez en una entrevista brindada a 100% Noticias.
Para la exiliada, la aprobación unánime dentro de la Asamblea, controlada por el oficialismo, de la Ley de Reformas y Adiciones al Código de Organización, Jurisdicción y Previsión Social Militar, no solo es un formalismo legal, sino también una estrategia de Murillo para obligar por ley al órgano castrense a someterse a sus órdenes ante una eventual falta de Ortega.
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«(…) Vendrán unos cambios muy importantes en la relación entre ella y la jefatura militar. Ya no se trata simplemente de una vicepresidenta, sino que ella, ahora con todo el poder sobre el Ejército, va a tratar de meter la mano como lo ha hecho en el resto de instituciones», asegura Téllez, quien también advirtió sobre “movimientos de cargos y purgas” dentro de la institución militar.
La exdirigente política considera que habrá poca o nula resistencia ante esta nueva subordinación a Murillo. Para los opositores, esta decisión es una nueva estrategia para consolidar un poder dinástico similar al de la familia Somoza. Además, podría significar una mayor militarización del régimen y el fortalecimiento del control autoritario en el país.
Dictadura reacciona con odio ante la llegada de abril
En el video titulado “Abril persigue a la dictadura”, Téllez afirma que las recientes salidas de Nicaragua de la OIT, OIM y la Corte Centroamericana de Justicia son una reacción de odio ante el fracaso en el SICA y la llegada del mes de abril, que solo les recuerda la resistencia del pueblo nicaragüense. Además, asegura que la dictadura bicéfala se siente frustrada por no poder controlar lo que piensan los ciudadanos.

«El impacto de las grandes movilizaciones nacionales de abril de 2018 y toda la crisis sociopolítica que se desató posteriormente persiguen a la familia Ortega-Murillo. Todos los días, Rosario (Murillo) dedica largas peroratas a insultar a aquellas personas que se han opuesto a su gobierno (…) pero abril tortura a los Ortega-Murillo. Ella insulta porque se siente frustrada», manifestó Téllez en su canal.
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Téllez destaca que la resistencia del pueblo nicaragüense sigue viva y que el gobierno no ha logrado sofocar lo que ocurre dentro y fuera de Nicaragua. También menciona que el régimen teme el recuerdo de esas manifestaciones, lo que se refleja en la constante represión y en los ataques continuos a la oposición.
Según la exfuncionaria, mientras no haya libertad, democracia y justicia en Nicaragua, el régimen seguirá enfrentando el rechazo de los nicaragüenses. Además, considera que la dictadura está en descomposición y que seguirá cosechando derrotas dentro y fuera del país.