La vocera del régimen sandinista, Rosario Murillo, nuevamente arremetió con insultos a los opositores nicaragüenses e hizo mofa del exilio forzado al que su dictadura ha sometido a cientos de compatriotas y afirmó que «es lo que merecen» pese a que ella también fue exiliada durante el régimen somocista.
«Y ahí andan, errantes, errantes por el mundo, porque eso es lo que merecen, no tienen patria, no tienen carácter, no tienen cariño, no conocen el amor esa gente que atacó a mansalva como engendros de William Walker, esa gente jamás volverá (…) fuimos atacados en el mes más crudo de la siembra y los derrotamos, son fracasados y es lo que no soportan» expresó una acalorada Murillo durante su acostumbrada alocución de mediodía.
La codictadora tildó a los opositores de «esclavos, vándalos, lacayos, derrotados, traidores, cobardes, indignos» antes de reiterar que «gracias a Dios» ya no tienen la nacionalidad nicaragüense luego que el régimen en una reforma ilegal constitucionalizara la desnacionalización contra quienes no están bajo su control.
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Murillo, conocida ampliamente por su esoterismo y su acercamiento a sectas oscuras, se atrevió a afirmar que dentro de su dictadura «se vive con Cristo Jesús». «Aquí no somos hijos del demonio, jamás! Aquí vivimos en una patria bendita y con amor entre nosotros, hijos e hijas de nuestra Nicaragua bendecida siempre», aseveró la segunda al mando de una de las tiranías más crueles que ha tenido este país.
Exilio de Murillo no se compara con el que ella somete a opositores
Para el defensor de derechos humanos Gonzalo Carrión nada de lo que promulga Rosario Murillo es creíble, pues pese a que ella habla de amor y paz, con sus actos demuestra que no los tiene. Diariamente se ahoga en palabras de resentimiento en contra de quienes no comparten sus ideas. Además, Murillo es la misma persona que recetó cárcel, exilio y el cementerio a miles de nicaragüenses.
«Sus mensajes siempre están cargados de odio, de desprecio a la humanidad. Siempre está descalificando y es muy probable que no duerma tranquila pese a su riqueza material, ella está empobrecida de sensatez y lo que no da la riquiza material y el poder, ella no tiene paz pese a que afirme que la tiene», manifiesta Carrión desde el exilio.

El desterrado considera que no se puede comparar el exilio que vivió Murillo en Costa Rica en la década del 70 con el exilio que viven actualmente los nicaragüenses, primero porque en la época de Murillo, ellos usaron armas contra los Somoza, pero ella no fue guerrillera por lo que no la ve como una desterrada y ella gozó en esos años de las «mieles del poder».
«Sí vivió fuera (en referencia a Murillo), algo parecido al exilio, (pero) también fue un exilio con las mieles del poder porque nunca ha sido pobre económicamente, siempre ha venido saboreando las mieles del poder político y económico muy diferente a lo que ella ha venido recetando, exilio destierro y entierro, incomparable a lo que vivió ella en su tiempo», aseguró Carrión.
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El defensor de derechos humanos concluyó calificando de «ingrata» e «impresentable» la actitud de la misma mujer que una vez se declaró exiliada política de otra dictadura y ahora ella redobla la saña, la crueldad y el espíritu de venganza contra quienes piensan diferente en el país al que ella se ha lanzado a aplastar.
Nadie debería ser desterrado por pensar diferente
La activista política Ana Quirós sostiene que nadie merece andar errante por el mundo por tener ideas contrarias a cualquier gobierno y que además las expulsiones y destierros que realiza el régimen crean pérdida de mano de obra, riqueza intelectual, que además les beneficia (a la dictadura), pues Nicaragua actualmente se sostiene gran parte por las remesas que estos nicaragüenses opositores envían a sus familias.
«Las declaraciones de Murillo son una muestra más de su intolerancia, su deseo de acomodar el mundo y la historia a su voluntad, desconociendo lo que realmente sucedió. El régimen que ha expulsado a cientos de ciudadanos ha venido empobreciendo a Nicaragua, perdiendo su riqueza intelectual y mano de obra, que al final beneficia al régimen, pues mantiene a través de las remesas la economía nacional», dice Quirós.
Luego de la represión desatada por el régimen y sus fuerzas armadas tras las manifestaciones masivas antigubernamentales, miles de ciudadanos se vieron forzados a huir del país con rumbo a Estados Unidos. Ortega y Murillo ordenaron en febrero pasado una reforma ilegal a la Constitución que les permite privar de la nacionalidad a ciudadanos nicaragüenses.