El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo sufrió otra contundente derrota en el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), luego de que Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana rechazaran su terna de candidatos para la Secretaría General del SICA. En un comunicado cargado de reclamos y ataques, la dictadura sandinista confirma que, una vez más, no logró el consenso para imponer su propuesta en el organismo regional.
Según el documento oficial, este 18 de marzo se llevó a cabo un encuentro de cancilleres del SICA, en el que se debía decidir sobre la propuesta de Nicaragua. La dictadura asegura que presentó su terna «de manera responsable y oportuna» pero que el nombramiento no fue posible «por las posiciones arbitrarias e infundadas de algunas delegaciones».
El comunicado omite los nombres de los candidatos propuestos por el régimen, pero deja claro que cuatro países de la región volvieron a cerrarle las puertas a sus aspiraciones, bloqueando el intento del oficialismo de tomar control de la secretaría del organismo.
Nicaragua se queja de un «bloqueo político»
El régimen, al verse nuevamente derrotado, acusó a los gobiernos que rechazaron su terna de «inmiscuirse» en sus asuntos internos y de querer imponer sus propios intereses en el SICA. «A pesar de las calidades personales, extensa experiencia y probada capacidad profesional de los candidatos propuestos, nuevamente las delegaciones de Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana, inmiscuyéndose en los asuntos internos y soberanos de la República de Nicaragua, pretenden dictar e imponer sus criterios e intereses políticos sobre asuntos soberanos, que solo le corresponde al Pueblo y Gobierno de la República de Nicaragua decidir», afirma la dictadura sandinista en su comunicado.
El documento también denuncia la supuesta existencia de «agendas e intereses políticos egoístas», a los que culpa de bloquear lo que el régimen considera su «legítimo derecho» a ocupar la Secretaría General del SICA. Según la dictadura, estos países buscan «imponer sus intereses políticos» sobre Nicaragua y sobre la integración regional.
Ortega amenaza con «desintegración» del SICA
En un tono amenazante, el comunicado sugiere que este rechazo debilita al sistema regional e incluso insinúa posibles represalias de Nicaragua contra el SICA. La dictadura advierte que estas acciones «solo promueven la división entre los Pueblos y Gobiernos de la región, propiciando la acelerada desintegración de este importante espacio regional, actitud que constituye una franca violación al Protocolo de Tegucigalpa».
El mensaje finaliza con un llamado a los gobiernos de la región a «asumir una posición responsable y a actuar sobre la base de la Normativa Regional y Acuerdos Presidenciales que rigen al Sistema de Integración, pero sobre todo a asumir una actitud concordante con los intereses de nuestros Pueblos».
Este nuevo revés diplomático refleja el creciente aislamiento del régimen de Ortega y Murillo en la región. Mientras el oficialismo insiste en su narrativa de «soberanía» y acusa a otros gobiernos de «injerencia», la realidad es que cada vez más países le cierran las puertas y le niegan cualquier posibilidad de influir en los organismos centroamericanos.
Los rechazados
Desde 2021, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha sufrido múltiples derrotas en el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) al intentar colocar a sus fichas en la Secretaría General del organismo. Hasta la fecha, al menos trece candidatos nicaragüenses han sido rechazados, ya que no logran el consenso de los países miembros, principalmente Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana.
La crisis en el SICA comenzó tras la elección del nicaragüense Werner Vargas, quien asumió el cargo en agosto de 2022, luego de un año de vacancia debido a la falta de consenso sobre los candidatos de Nicaragua. Sin embargo, su gestión duró poco más de un año, pues en noviembre de 2023 Vargas presentó su renuncia, sin ninguna explicación, dejando nuevamente vacante la Secretaría General. Desde entonces, el régimen ha presentado diversas ternas con figuras de su círculo de confianza, sin éxito alguno.
Entre los candidatos propuestos y rechazados se encuentran:
- Sonia Castro, exministra de Salud, sancionada por Estados Unidos y Canadá por su participación en la represión contra manifestantes en 2018, particularmente por negar atención médica a los heridos durante la rebelión de abril de ese año.
- Valdrack Jaentschke, actual canciller, señalado como un operador de inteligencia y espionaje de la dictadura en el exterior, acusado por la oposición de estar detrás de estructuras de vigilancia y persecución de opositores en Costa Rica y otros países.
- Arling Patricia Alonso Gómez, diputada sandinista y miembro de la directiva de la Asamblea Nacional, una de las principales artífices de la aprobación de leyes represivas, incluyendo la Ley de Agentes Extranjeros, la Ley de Ciberdelitos y la reforma electoral que eliminó la competencia política en Nicaragua.
- María Amelia Coronel Kinloch, ministra del Interior (antes Ministerio de Gobernación), institución que ha dirigido la eliminación de más de 5,400 organizaciones no gubernamentales, la confiscación de sus bienes y la ejecución de una política de persecución contra nicaragüenses, impidiéndoles el ingreso al país o expulsándolos a través de la Dirección de Migración y Extranjería, que depende del Ministerio del Interior.
Estos candidatos han sido rechazados por los países miembros del SICA debido a que no cumplen con los requisitos de imparcialidad, independencia de criterio e integridad establecidos en los estatutos del organismo. Además, muchos de ellos están sancionados internacionalmente y señalados por organismos de derechos humanos por su participación en actos de represión y violaciones a los derechos fundamentales.
Murillo y sus insultos por los rechazos
Tras el rechazo de sus candidatos, la vocera gubernamental y vicepresidenta, Rosario Murillo, ha arremetido públicamente contra los países que se opusieron a las propuestas de Nicaragua. En declaraciones oficiales, Murillo calificó de «insolente e irrespetuosa» la actitud de las naciones que negaron el respaldo a los candidatos nicaragüenses, acusándolas de «servilismo a intereses extrarregionales». Además, advirtió que esta postura podría conducir a la «extinción» del SICA debido a la falta de funcionalidad y desintegración que, según ella, interesa a agentes foráneos que dominan a quienes mantienen esas posiciones.
Por su parte, el canciller Valdrack Jaentschke también expresó su descontento, calificando la negativa de los países miembros como una «insubordinación de gobiernos y cancillerías» y anunció que Nicaragua «tomará medidas» ante lo que considera un «bloqueo ilegal» a sus propuestas para la Secretaría General del SICA.
En su desesperación, el régimen de Managua incluso trató de presionar a los países para que le aprobaran a Moncada buscando que la Corte Centroamericana de Justicia fallara a su favor y obligara a los cancilleres a votar por su alfil, cosa que al parecer se quedó en nada, porque esa instancia regional que hasta ahora ha mostrado inoperancia absoluta, no se ha pronunciado.
Los países que los han rechazado
La más reciente terna presentada por Nicaragua, encabezada por Denis Moncada Colindres, fue rechazada por Guatemala, Costa Rica, Panamá y República Dominicana. Estos países argumentaron que «ninguna de las personas propuestas reúne los requisitos para desempeñar el cargo de secretario general del Sistema», según una carta conjunta de los cuatro gobiernos.
El rechazo de los candidatos de Ortega ha dejado sin líder a la Secretaría General del SICA, ya que el período que correspondía a Nicaragua está próximo a expirar en 2026, cuando otro país deberá asumir la dirección del organismo.