El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha anunciado la salida de Nicaragua de la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) en una decisión abrupta que deja fuera a la exmagistrada sandinista Juana Méndez, quien había renunciado a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) con la supuesta intención de asumir la presidencia del organismo regional.
En una carta firmada por el canciller Valdrack Jaentschke y dirigida al magistrado presidente en funciones de la CCJ, César Ernesto Salazar Grande, el régimen justifica su retiro asegurando que la Corte «únicamente ha estado integrada por Magistrados/as de las Repúblicas de Nicaragua, Honduras y El Salvador, no logrando cumplir con los propósitos originales para su creación regional».
El documento también cuestiona que la CCJ esté «sometida a las decisiones del Consejo Judicial Centroamericano y del Caribe, que no forma parte del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), así como a decisiones de países que, a pesar de haber aprobado el Estatuto, no han materializado su voluntad de integrarse». Según el régimen, esta situación es «claramente incoherente y no permite el desarrollo de una Corte que responda a una verdadera integración regional».
Juana Méndez, apartada tras su renuncia a la CSJ
Lo más llamativo de esta decisión es que ocurre apenas horas después de que la Asamblea Nacional aprobara la renuncia de Juana Méndez a la CSJ, con el supuesto objetivo de asumir el cargo que antes ocupaba el abogado nicaragüense Carlos Guerra en la Corte Centroamericana de Justicia.




Sin embargo, con el retiro de Nicaragua del organismo, la exmagistrada sandinista queda fuera por completo, sin su puesto en la Corte Suprema y sin posibilidad de asumir el cargo en la CCJ. Esto deja en evidencia que la maniobra fue un desaire del propio régimen de Ortega y Murillo, o bien que la exmagistrada no fue aceptada por los países miembros de la Corte, lo que habría llevado a Nicaragua a tomar la drástica decisión de retirarse del organismo para evitar el golpe político.
Una salida que profundiza el aislamiento del régimen
Con este retiro, el régimen sigue debilitando su presencia en organismos regionales y aislándose aún más del ámbito internacional. Al mismo tiempo, deja claro que sus decisiones responden a cálculos políticos internos y no a un interés genuino por la integración regional. Juana Méndez, que por años fue una ficha fiel del sandinismo en el poder judicial, ha terminado fuera del juego por una maniobra que, lejos de fortalecer su carrera, la ha convertido en la gran perdedora de este movimiento.
La Corte Centroamericana eligió a sus autoridades y no a Juana Méndez
La denuncia del régimen de Ortega y Murillo para retirarse de la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) y la renuncia de Juana Méndez a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) se produjeron justo mientras la CCJ estaba en proceso de elección de sus nuevas autoridades.
El mismo 18 de marzo, la Corte Centroamericana de Justicia informó la elección de su nueva directiva, quedando conformada por:
- César Ernesto Salazar Grande como magistrado presidente.
- Óscar Fernando Chinchilla Banegas como magistrado vicepresidente.
- Silvia Isabel Rosales Bolaños como magistrada.
- Edgar Hernán Varela Alas como magistrado.
La elección de estas autoridades deja en evidencia que, mientras la dictadura en Nicaragua anunciaba la supuesta salida de Juana Méndez de la CSJ para asumir la presidencia de la CCJ, la propia Corte estaba eligiendo a su directiva sin reconocer ese nombramiento.

Este hecho sugiere que el régimen sandinista intentó imponer la figura de Juana Méndez sin que hubiera una elección formal dentro del organismo regional. La confusión y el desconcierto que esto pudo haber generado en la Corte Centroamericana de Justicia podrían haber llevado a la decisión final del régimen de retirarse abruptamente del organismo, evitando así un rechazo público a su maniobra.
Lejos de fortalecer su control en la región, la dictadura de Ortega y Murillo termina aislándose aún más y dejando a Juana Méndez fuera del poder, luego de haberle hecho renunciar a su magistratura en Nicaragua sin garantizarle el cargo en la CCJ.