La Comisión Nacional del Salario Mínimo aprobó este jueves 27 de febrero un aumento del 4 % para la mayoría de los sectores económicos del país y del 7 % para el régimen de Zonas Francas, que entrará en vigencia a partir del 1 de marzo de 2025 y se mantendrá hasta el 28 de febrero de 2026.
Este reajuste es notablemente menor al aprobado en 2024, cuando el incremento fue del 10.1 %, lo que evidencia una desaceleración en la mejora salarial en un contexto de inflación y aumento en el costo de la vida. Pese a que el gobierno lo presenta como una medida para fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores, el incremento es insuficiente frente al costo de la canasta básica, que supera los 20,000 córdobas, muy por encima de los salarios establecidos en la mayoría de los sectores productivos.
Según recogen los medios de la propaganda gubernamental, la ministra del Trabajo, Alba Luz Torres, declaró que llegaron «a un final con un acuerdo que la Comisión en pleno consideró y considera que es lo más viable». Según la funcionaria de la dictadura, «en estos dos meses el proceso fue de mucho diálogo y de mucha voluntad para el aseguramiento de la estabilidad laboral».
En otros gobiernos, la tercia entre empresarios y sindicalistas para lograr un salario mínimo mayor era intensa, sin embargo, desde que Daniel Ortega asumió el gobierno y ha controlado a las centrales obreras y convertido a las organizaciones de trabajadores en «sindicatos blancos», los representantes simulan defender a los empleados.
Igualmente, desde que se rompió el amorío entre el gobierno y los sectores empresariales del país, en esa mesa de diálogo para discutir el salario mínimo, la dictadura envía como «empresarios» a simpatizantes o aliados que también llevan la orden de acatar lo que decida Daniel Ortega y Rosario Murillo desde el Ejecutivo, según sus propios cálculos políticos, partidarios y económicos.
Así quedaron los nuevos salarios mínimos por sector
El ajuste salarial del 4 % se aplicó de manera uniforme a casi todos los sectores económicos, con excepción de la Zona Franca, que recibió un aumento del 7 %. A continuación, los salarios mínimos actualizados tras el incremento:
- Sector agropecuario: pasa de 5,721.17 córdobas a 5,950 córdobas.
- Sector pesca: sube de 8,699.23 córdobas a 9,047 córdobas.
- Minas y canteras: aumenta de 10,275.02 córdobas a 10,686.02 córdobas.
- Zona Franca: recibe un aumento del 7 %, pasando de 8,746.46 córdobas a 9,359 córdobas.
- Microindustria: sube de 6,027.72 córdobas a 6,268 córdobas.
- Electricidad, agua, comercio, restaurantes, hoteles, transporte, almacenamiento y comunicaciones: pasa de 10,493.79 córdobas a 10,913 córdobas.
- Construcción, establecimientos financieros y seguros: sube de 12,803.47 córdobas a 13,315 córdobas.
- Servicios comunales, sociales y personales: pasa de 8,020.47 córdobas a 8,341 córdobas.
- Gobierno central y municipal: aumenta de 7,134.52 córdobas a 7,419 córdobas.
Un aumento menor en tiempos de crisis económica
A diferencia del incremento aprobado en 2024, que fue del 10.1 %, la subida de este año es considerablemente menor, dejando a los trabajadores con un aumento limitado en su salario en un momento en que los precios de los productos básicos siguen en alza.
Economistas y sindicatos independientes han señalado que este ajuste no compensa el impacto de la inflación y que el salario mínimo en Nicaragua sigue estando muy por debajo del costo real de la vida, afectando la capacidad de compra de los trabajadores.
Además, pese a los incrementos, sectores como el gobierno central y municipal, microindustria y agropecuario continúan con sueldos muy inferiores al costo de la canasta básica, lo que sigue generando precariedad laboral y dificultades económicas para miles de nicaragüenses.
La medida entrará en vigencia el 1 de marzo de 2025, pero las dudas sobre su efectividad en la mejora de las condiciones económicas de los trabajadores persisten, en un país donde el salario mínimo sigue sin alcanzar niveles que permitan cubrir las necesidades básicas de las familias.
