El número de paramilitares, llamados por la dictadura sandinista como «policías voluntarios», aumenta significativamente en cada juramentación. En solo cuatro actos realizados en las última semana, los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo enlistaron a 7,540 personas en estos grupos de fusileros, reconocidos por atacar las protestas desde abril de 2018.
La vicedictadora de Nicaragua y vocera del Frente Sandinista, Rosario Murillo, en su alocución de este mediodía, reveló que en la juramentación que se realizó este lunes, 20 de enero, agregaron a otros 3,636 miembros a las fuerzas paramilitares.
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«Hoy, el comisionado general Francisco Díaz juramentó a los policías voluntarios. Policías Voluntarios ´comandante Julio Buitrago Urroz´ (…) Héroes de nuestra patria Bendita. Hoy se juramentaron más de 3,636 policías voluntarios en la ciudad de León», afirmó Murillo.
El 15 de enero pasado, el orteguismo juramentó a los primeros grupos de paramilitares en Estelí (1,300) y Madriz (1,204), y luego en Ocotal (1,400).
La juramentación del nuevo grupo de paramiliares durante este 20 de enero siguió la línea de los primeros tres actos. Los sujetos juramentados portaban capucha negra con la que ocultaban sus rostros, camiseta blanca y jeans azules o negros. Algunos del grupo de León optaron incluso por colocarse gafas de sol para ocultar todavía más sus identidades.
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El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), en el informe sobre los «hechos de violencia ocurridos entre el 18 de abril y 30 de mayor de 2018 en Nicaragua», divulgado en diciembre de 2018, señaló -entre la caracterización de estos hechos de violencia- que el Estado de Nicaragua reprimió las protestas por medio de grupos de choque, pero «frente al fracaso de este método tradicional de represión y al incremento de las manifestaciones, el Estado dio inicio a partir de los días 19 y 20 de abril (de 2018) a una etapa represiva de mayor intensidad que implicó, como patrón general, el uso desproporcionado e indiscriminado de la fuerza que incluía la utilización de armas de fuego, entre ellas armas de guerra».
Los expertos refirieron que estos grupos paramiliares o parapoliciales, que operan en Nicaragua, tienen mayor «organización y poder lesivo» y son «grupos compuestos por personas no identificadas, que utilizan armas de fuego, muchas veces armas de guerra, y actúan en coordinación con las fuerzas policiales».
El régimen Ortega-Murillo en los últimos años ha intentado revestir de legalidad la operación de los grupos paramilitares, llamándolos como «policías voluntarios» e incluyéndolos, recientemente, en la reforma a la Constitución Política de Nicaragua, que aprobó en primera legislatura en noviembre del año pasado.
En el cambio que propuso el orteguismo al artículo 97 de la Constitución se orientó la creación de la «Policía Voluntaria como cuerpo auxiliar de apoyo a la Policía Nacional, integrada por ciudadanos y ciudadanas nicaragüenses que prestan sus servicios de forma voluntaria». Dicha reforma a la Carta Magna hasta ahora sigue en manos de la Asamblea sandinista para aprobarse durante todo este mes en segunda legislatura, pero el régimen ya adelantó las juramentaciones de estos grupos de gatilleros que han jurado lealtad a la dictadura rojinegra.
Faltan otras 13 juramentaciones
Las próximas juramentaciones de paramilitares están programadas, según el calendario divulgado en medios oficialistas, para el 22 de enero a Chinandega; el 27 de enero a Granada; y el 29 y 31 de enero en los departamentos de Carazo y Rivas.
También, planificaron actos en Boaco, el 3 de febrero; Chontales, el 5 de febrero; Río San Juan, el 7 de febrero; El Rama y Nueva Guinea, el 10 de febrero; Matagalpa, el 12; Jinotega, el 13; y por último, Siuna, el 17 de febrero; Bilwi el 19 de febrero y Bluefields el 20 de febrero de 2025.