Antes de concluir la aprobación de la reforma constitucional sandinista que legaliza el paramilitarismo, la dictadura de Daniel Ortega se muestra desesperada por reconcentrar a su tercer grupo armado y ha procedido a «juramentarlos».
Durante los actos de juramentación, extrañamente los matones sandinistas han sido convocados encapuchados, con pasamontañas de color negro que a penas dejan ver sus ojos y les permiten respirar. Así, con sus caras cubiertas y vistiendo camisetas blancas, acudieron, por separado, al menos 1,300 paramilitares de Estelí y 1,204 de Madriz, en el norte de Nicaragua, según reportaron los medios de la propaganda rojinegra.
Para la juramentación de estos dos escuadrones de paramilitares, por separado, llegó el jefe de la Policía y consuegro de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Francisco Díaz, quien insistió en hacer jurar a estos gatilleros sandinistas como «policías voluntarios», aunque la sociedad entera los identifica como terceros armados bajo las órdenes del FSLN y los relaciona directamente con las masacres de 2018, cuando estos fusileros, la mayoría retirados del Ejército y del Servicio Militar Obligatorio de los años 80, fueron lanzados a disparar contra la población civil en las trincheras que fueron alzadas durante la rebelión de abril-julio de 2018.
Díaz reconcentró al primer pelotón de paramilitares en la plaza parque Domingo Gadea, de Estelí; y según dijo, «estos hombres y mujeres estarán presentes en diversas emergencias, apoyando a los Bomberos Unidos y la Cruz Blanca; y se han comprometido a fortalecer la seguridad de las familias en los barrios y comunidades».

Por su parte, el alcalde de Estelí y reconocido como uno de los «caciques» del sandinismo en el norte de Nicaragua, pero que además ha sido abiertamente señado como el jefe de los paramilitares de su departamento, declaró a los medios oficialistas que «debemos reconocer que estamos creciendo en población y nuestra economía es muy buena. Eso implica que los habitantes necesitan más seguridad para que puedan ir a sus trabajos y regresar sanos y salvos, al igual que los estudiantes y niños en sus colegios».
Según la publicación del oficialista canal 8, «desde ahora, estos voluntarios estarán brindando sus servicios a la población, luego de haber sido capacitados con habilidades técnicas y conocimientos legales», sin especificar qué tipo de capacitaciones recibieron y en qué puntos serán ubicados para vigilar a población esteliana.

Después de la juramentación de los 1,300 encapuchados en Estelí, Francisco Díaz se trasladó a hacer lo mismo con el bloque de 1,204 paramilitares de Madriz. Los dos escuadrones fueron bautizados como Comandante Julio Buitrago Urroz. El nombre hace honor al guerrillero rebelde, considerado por el partido de la dictadura Ortega-Murillo como «el padre de la resistencia urbana», y quien fue abatido por la guardia de la otra dictadura, la de Anastasio Somoza, en 1969, cuando Buitrago Urroz enfrentó a balazos con una ametralladora al Ejército de aquella otra tiranía.
No explican cuánto ganará y de dónde saldrá el presupuesto para los paramilitares
Aunque la dictadura Ortega-Murillo y la propaganda sandinista se esfuerza en hacer creer que estos rearmados son «voluntarios», un analista en temas de seguridad que prefirió opinar bajo condición de anonimato, valora que estos batallones, que al parecer sumarán más de mil hombres por cada departamento, «no viven del aire. No viven por obra y gracia del Espíritu Santo y de algún lado tiene que salir su avituallamiento».

El analista enumeró que «hasta el trapo negro que usan de pasamontañas tiene un costo, mínimo, pero lo tiene; luego las camisetas que les dan, botas, si les dan; alimentación, son tres tiempos al día, y por su puesto que de gratis nada, por que de voluntarios no tienen nada. Les deben de estar pagando un salario para tenerlos a su servicio», insiste.
«Esos son matones a sueldo. En ese partido ya nada es ni por amor ni por ideologías. Es plata que sale de las costillas de los nicaragüenses para sostener ese aparataje, sin contar el armamento y las casas que les han asignado para que usen como centro de operaciones», dice la fuente.
«Solo en Estelí, por ejemplo, estos paramilitares han estado durante todos estos años al mando de Pedrito El Hondureño (Víctor Manuel Gallegos). Pedrito dirigió la operación limpieza en La Trinidad y después de la represión sangrienta de 2018, se expandió para reforzar a todos los paramilitares en Estelí, Madriz y Nueva Segovia y tiene un centro de operaciones en donde fue la delegación del Marena de Estelí. Mantener toda esa estructura cuesta plata y los nicaragüenses la tienen que costear», finalizó el informante.
Faltan los otros departamentos
Según la agenda publicada por los mismo medios de la maquinaria propagandística del sandinismo, para este miércoles, 15 de enero, estaba programada la juramentación en Estelí y Madriz; el 17 de enero le corresponde el turno a Ocotal; el 20 de enero a León; el 22 de enero a Chinandega; el 27 de enero a Granada; y el 29 y 31 de enero le corresponderá a los departamento de Carazo y Rivas, en el sur del país.
Igualmente han anunciado juramentación de paramilitares encapuchados en Boaco, el 3 de febrero; Chontales, el 5 de febrero; Río San Juan, el 7 de febrero; El Rama y Nueva Guinea, el 10 de febrero; Matagalpa, el 12; Jinotega, el 13; y por último, Siuna, el 17 de febrero; Bilwi el 19 de febrero y Bluefields el 20.