La guerra desatada por los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica, intensificada desde 2018, ha devastado a la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), reduciendo su clero a la mitad. Además, se han documentado cerca de mil ataques directos, que incluyen profanaciones a templos, amenazas y agresiones a sacerdotes, así como el destierro y exilio de más de 160 religiosos.
La sexta actualización del informe «Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?», elaborado desde el exilio por la abogada Martha Patricia Molina, detalla las agresiones contra la institución religiosa desde 2018, cuando el régimen Ortega-Murillo inició su ofensiva contra el clero católico, en represalia por su apoyo a los manifestantes que exigían el fin de la dictadura desde abril de ese año.
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El informe de Molina indica que los ataques contra la Iglesia han sido incesantes. Además, destaca que el régimen ha cruzado constantemente nuevos límites de agresión. Según la abogada, “cuando se cree que el sandinismo ya pasó todos los límites, aparece una nueva agresión, lo que evidencia que la familia Ortega-Murillo solo perfecciona el daño hacia la institución religiosa”.
Entre 2018 y 2024, el régimen ha perpetrado 971 ataques documentados contra la Iglesia católica. El año más violento fue 2023, con 321 agresiones, aunque Molina señala que 2024 ha sido incluso peor, pues muchos religiosos no denunciaron los atropellos por miedo a represalias.
La Arquidiócesis de Managua fue la jurisdicción más afectada, con 301 incidentes registrados. En segundo lugar se documentaron 206 ataques dirigidos a la Iglesia como institución, seguidos de 186 agresiones en la Diócesis de Matagalpa, 79 en la Diócesis de Estelí, 73 en la Diócesis de Granada y 58 en la Diócesis de León.
Tras sufrir un derrame cerebral, falleció el pasado 18 de diciembre en Estados Unidos la joven nicaragüense Maryin Edemia Barrera Arce, de 30 años y originaria de Cinco Pinos, Chinandega, según reportó la organización de apoyo a los migrantes nicaragüenses Comunidad de Nicaragüenses en Texas (TNC, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con la información recibida por TNC, la muchacha sufrió el accidente cerebrovascular y fue trasladada a un centro asistencial en Texas, donde la declararon con muerte cerebral.
La joven chinandegana había migrado hacia EE.UU junto a sus dos hijas en busca de darle mejores condiciones de vida, sin embargo, la fatalidad la alcanzó y sus dos niñas quedan en la orfandad en tierras estadounidenses.
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En lo que va del 2024, que está próximo a finalizar, TNC ha reportado al menos 163 migrantes fallecidos en suelo estadounidense o en ruta hacia allá. Solo en los primeros 19 días de diciembre se han reportado a través de la organización humanitaria, siete fallecimientos.
Un análisis estadístico realizado por Artículo 66 de los fallecimientos de migrantes nicas en EEUU., a partir de los reportes realizados por TNC, indica que, hasta el 30 de noviembre, habían sido reportados 156 compatriotas muertos en esas tierras.