La dictadura de Daniel Ortega, que ya ha desaparecido definitivamente la autonomía universitaria y ahora manosea a su antojo la educación superior en el país, ordenó esta semana arrebatarle a esas instituciones educativas más de 800 millones de córdobas de su presupuesto anual, los que serán deducidos de sus montos destinados para gastos corrientes.
El Ejecutivo sandinista mandó a publicar en La Gaceta, Diario Oficial, número 234 de este 18 de diciembre, la Ley 1231, que modifica a ley anual de Presupuesto General de la República (PGR) 2024, para quitarle miles de millones de córdobas a por lo menos 20 entes estatales, entre los que figuran las universidades e instituciones de educación técnica superior del país, ahora bajo control absoluto del sandinismo.
De acuerdo con el artículo 1, acápite I, numeral 6.7, se le reduce el presupuesto de 2024 a las universidades y centros de formación técnica superior un monto de 735.7 millones de córdobas, los que serán deducidos de sus gastos corrientes.
Además, el numeral 6.8 establece que serán deducidos, solo a las Universidades, 99 millones de córdobas de sus gastos corrientes por concepto de consumo de «energía eléctrica, agua y telefonía nacional».
En total, la dictadura le arrebata, en los últimos días del año, a las universidades y centros técnicos superiores 834.7 millones de córdobas, lo que representa aproximadamente el 4.8% del presupuesto universitario de 2024, que era de C$8,028.2 millones.
La Constitución Política de Nicaragua aún vigente, en su artículo 125, párrafo primero, establece que «las Universidades y Centros de Educación Técnica Superior gozan de autonomía académica, financiera, orgánica y administrativa, de acuerdo con la ley».
El mismo artículo en su párrafo cuarto define que «las Universidades y Centros de Educación Técnica Superior, según la ley deben ser financiados por el Estado, recibirán una aportación anual del 6% del Presupuesto General de la República, la cual se distribuirá de acuerdo con la ley. El Estado podrá otorgar aportaciones adicionales para gastos extraordinarios de dichas universidades y centros de educación técnica superior».

Con la reforma constitucional total, disfrazada de parcial, que ya fue aprobada por la Asamblea Nacional sandinista en primera legislatura, el Artículo 125 de la Autonomía Universitaria es derogado, por lo que así se marca el fin de una historia de lucha universitaria que dejó varios estudiantes asesinados y que además, se convirtió en una bandera del sandinismo para enviar a universitarios a desestabilizar a los gobiernos anteriores.
Ortega ha avanzado a lo largo de su mandato en el sometimiento de sindicatos docentes y administrativos, así como del gremio estudiantil y ha puesto de rodillas a las universidades que ya no tienen ninguna posibilidad de reclamar en las calles como lo hicieron en el pasado. El actual dictador ha terminado por estrangular y sepultar a la autonomía universitaria.
Movimiento Estudiantil UNEN ahora es oficialista
El movimiento estudiantil otrora guardián del presupuesto universitario y que reaccionaba con notable beligerancia ante los intentos gubernamentales de reducirles el presupuesto para las universidades, ahora luce «castrado», inexistente y absolutamente sumiso, lamentó un exestudiante universitario que pidió opinar bajo condición de anonimato.
En tanto, para la dirigente estudiantil nicaragüense en el exilio, Yunova Acosta, la reducción del presupuesto universitario y de centros de Educación Técnica Superior en la reforma general del PGR refleja no solo un golpe más del régimen de Ortega a la educación en Nicaragua porque no sólo eliminó la autonomía universitaria sino que ahora limita aún más los recursos financieros, impactando directamente la calidad de la educación y las condiciones de funcionamiento de esas instituciones
«La reducción de estos 735 millones en gastos corrientes y 99 millones adicionales solo para servicios básicos es una estrategia sistemática de debilitamiento del sector educativo que es esencial para el desarrollo del país y este recorte no sólo afecta a las universidades y los centros técnicos sino que los afectados directos son los estudiantes quienes ven comprometidos su derecho a la educación accesible y de calidad», criticó la líder estudiantil.
Acosta recordó que la dictadura Ortega-Murillo ha atacado sistemáticamente a la educación superior desde antes de 2018 y que en estos años ha cerrado por lo menos 28 universidades.
Asimismo, advirtió que la crítica situación de la educación superior en Nicaragua no es solo un tema de presupuesto. Lo que ocurre actualmente es «una muestra clara de cómo el régimen prioriza el control político sobre el desarrollo académico y profesional de nuestra juventud nicaragüense».
Igualmente, la dirigente estudiantil exiliada señaló que la dictadura, al acabar con la autonomía universitaria y controlar a su antojo el presupuesto universitario, lo que está desapareciendo es «la libertad de cátedra, la libertad de expresión, y la libertad de pensamiento».
Acosta lamentó que los desmanes de Ortega contra el sistema educativo en el país esté provocando desde hace tiempo que muchos jóvenes se vean obligados a buscar otras oportunidades en otros países «para obtener una educación de calidad, para obtener un espacio crítico donde ellos tengan libertad de pensamiento».