La dictadura nicaragüense presentó un proyecto de reforma a la constitución ante el Parlamento nacional controlado por el mismo régimen, que incluye declarar a la bandera del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como símbolo patrio.
La medida tomada por el gobierno causó polémica en redes sociales pues hasta ahora ningún símbolo patrio está relacionado con algún partido o ideología política. La bandera del partido de gobierno es visible en instituciones oficiales del gobierno, alcaldías y lugares públicos junto a la bandera azul y blanco.
Luego de las protestas de 2018, la bandera rojinegra se convirtió en objeto de rechazo para la mayoría de nicaragüenses que incluso fueron arrestados y condenados por quemar el símbolo principal de la dictadura. El opositor Sergio Beteta fue arrestado y condenado en 2021 por quemar una bandera del partido de gobierno en el sector de la Universidad Centroamericana (UCA).
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«Rechazo rotundamente las reformas constitucionales impuestas por la dictadura Sandinista. La bandera roja y negra del FSLN, símbolo de sangre y muerte, jamás será reconocida como símbolo patrio. ¡Nicaragua merece democracia y libertad, no manipulación autoritaria!», publicó Jonathan Duarte, de la Fundación para la Libertad de Nicaragua, en la red social X.
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«El hecho de haber elevado a la bandera sandinista como símbolo patrio eso manifiesta de forma tangible esta visión que tiene el régimen de consolidar a Nicaragua como un estado al servicio del partido, al mejor estilo del régimen cubano o de Corea del Norte», dice la activista política Alexa Zamora.
Para la opositora Ana Quirós, el régimen orteguista con la imposición de la bandera sandinista como un símbolo patrio busca demostrarle a los nicaragüenses que ellos tienen la posibilidad de hacer lo que quieren en el país.
«El régimen quiere restregarle al mundo que todo está en manos de ellos, la bandera es la representación de su dictadura y ahora quieren darle un tinte constitucional, legal a su dictadura, siempre violando los derechos humanos de los nicaragüenses y que nadie se puede oponer», dice Quirós.
Una vez aprobada esa reforma constitucional de Ortega, la bandera sandinista será incluida de manera formal dentro de los símbolos patrios y el régimen tendrá carta abierta para meterla en los libros de educación y actividades culturales del país.