La reparación de centros educativos, un supuesto aumento anual en la matrícula, la enseñanza pública gratuita y hasta la capacitación política a maestros son para el régimen de Daniel Ortega y de Rosario Murillo logros notables en materia de educación.
O al menos es lo que asegura el régimen en parte de su informe nacional presentado ante el Consejo de Derechos Humanos, donde responde a las observaciones que hicieron a Nicaragua en 2019, en el marco del Examen Periódico Universal de ese año, cuando el país salió reprobado en casi todas las materias de derechos humanos evaluados.
«En 2019 en su tercer ciclo, el mecanismo de evaluación de DD. HH. de la ONU, dio 259 recomendaciones a Nicaragua, las mismas fueron dadas por 94 diferentes países del mundo. De ellas, el régimen autoritario de Daniel Ortega solamente aceptó 135 y rechazó el resto alegando distorsión de la realidad», dice un reciente comunicado de la Coalición Nicaragua Lucha.
El doctor Adrián Meza, rector de la Universidad Paulo Freire (UPF), cuyas instalaciones fueron robadas por el régimen por la vía de la confiscación, valoró con relación al informe del régimen que la educación no solo se trata de construir aulas de clase ni implementar cursos de formación para los docentes. «La educación es más que eso, más que cifras y números en un papel», criticó.
Meza señala que el contenido del informe está cargado de cifras y de números, cifras que hablan de infraestructura y números que solo se enfocan en cantidades de alumnos o de estudiantes en los distintos niveles, pero que no hay cómo contrastarlas porque el régimen «se enfila» contra cualquier voz disidente.
Con cifras desactualizadas
En una de sus respuestas, en cuanto al derecho de educación, el régimen asegura que «han construido y reparado 2,258 centros educativos, que incluye la atención de 10,193 aulas y 4,016 ambientes complementarios, lo que representa un 24%, en base a 9,224 Centros Educativos a Nivel Nacional».
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«Son 387 escuelas nuevas construidas a través del Programa de Inversión Pública, que incluyen 1,703 aulas y 1,408 ambientes complementarios; 1,871 escuelas reparadas a través del Plan de Mantenimiento de Infraestructura Escolar, mejorando 8,490 aulas y 2,608 ambientes complementarios», señala el régimen en el informe.
Los expertos aseguran que las cifras son desde hace más de 10 años, y lo que dicen son imposibles de auditar por la falta de transparencia de los gobernantes del país. «De modo que con este sistema de gobierno, cualquier cifra oficial es altamente dudosa, porque no permite el escrutinio de ninguna manera», reitera otro experto.
¿La educación es de calidad y pertinente?
El Objetivo de Desarrollo Sostenible No. 4 plantea una educación inclusiva, equitativa y de calidad «y ahí es donde está el grave problema y la debilidad enorme no solamente del informe, sino también de la práctica educativa del régimen» , valora el educador.
«El Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la Organización Regional para la Educación en América Latina y Centroamérica de la UNESCO, en su informe de diciembre del 2020, dio cifras escalofriantes de Nicaragua», dice Meza.
Comenta que «en una encuesta practicada a 4,863 estudiantes de tercer grado (en el área de Lenguaje y Matemática) en 280 escuelas de Nicaragua y 4,868 estudiantes de sexto grado (en Ciencias Naturales) en 272 escuelas, Nicaragua estaba por debajo del promedio regional».
«Ahí tiene un dato que no es inventado por una organización opositora al régimen ni por ningún partido político, es la UNESCO la que está diciendo que el sistema educativo en Nicaragua no enseña a leer, ni enseña a escribir, ni tampoco enseña lo elemental de las Matemáticas y de las Ciencias Naturales, entonces, ¿De qué educación estamos hablando?», reflexiona Meza.
Sin embargo, la dictadura Ortega-Murillo asegura en su informe que la implementación del Plan 2022- 2026 está «orientado a continuar mejorando la cobertura, el acceso, la calidad y la pertinencia de la educación, en especial en zonas rurales y comunidades indígenas y afrodescendientes».
«Efectivamente se trata de números, de escuela, de alumnos en aulas de clase, no estamos hablando de resultados de calidad y repito, no lo digo yo, lo dice la UNESCO», asegura Meza.
Docentes, el sector peor pagado
En el informe, Nicaragua resalta que la tasa escolar en primaria se mantiene «en más del 90%» y que «fueron capacitados anualmente en áreas científicas y didácticas 60,000 docentes, logrando una profesionalización del 99.8% a nivel nacional».
«El personal docente se incrementó en un 3% durante este periodo, de 9,218 docentes en 2019 pasó a 9,519 docentes en el 2023, de éstos, el 29% de los docentes prestan sus servicios en las universidades privadas. De 357 docentes con grado de doctorado en el 2019 pasó a 484 docentes en el 2023», indica el documento.
Y aunque Ortega y Murillo ordenaron decir que su régimen ha invertido en la «profesionalización» de los docentes, olvidó explicar que de ser eso cierto, de poco sirve porque es un sector maltratado económicamente porque reciben la peor paga de la región por un trabajo tan importante como es el de formar a los profesionales del país.
Al respecto, Meza recordó que el informe del Consejo Nacional de Rectores de Costa Rica destacó que en el 2014, el salario de los docentes de primaria y preescolar en Nicaragua, era de 423 dólares. Según ese informe, «el salario más cercano (a Nicaragua) era Honduras, de 981 dólares, ya no hablemos de Costa Rica pues era de 2099 dólares. En secundaria, el salario mensual de Nicaragua anda por 471 dólares, en El Salvador 1,006 y Costa Rica con 2,473 dólares».
«En Nicaragua el promedio de los educadores en general anda en 452 dólares, en El Salvador y Honduras anda en 1,078 y 1,021 y en Costa Rica 2,234; en Panamá anda en 1,619. Ahí tenemos un ejemplo claro de cuál es el lugar que le da el modelo educativo del régimen a uno de los componentes más importantes, los docentes nicaragüenses son los peores pagados de Centroamérica», aseguró Meza.
Sobre las universidades privadas, las que ha cercenado
El régimen dijo en su informe que en cuanto a la Educación Superior, la matrícula estudiantil en Grado y Posgrado de las universidades nacionales (estatales, comunitarias e interculturales) aumentó un 20% de 2019 a 2023.
Y agrega: «la matrícula general del Subsistema de Educación Superior en el 2021 fue de 194,876 estudiantes, del cual 57,714 estudiantes pertenecían a las universidades privadas, durante el 2023 la matrícula del Subsistema pasó a 193,116 estudiantes en donde 50,511 estudiantes pertenecen a las universidades privadas, el cual representa el 26% de la matrícula general».
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Es decir, admite que bajó la cantidad de estudiantes en general y las universidades privadas perdieron más de 7,000 alumnos de 2021 a 2023. Un reportaje que ésta plataforma publicó hace unas semanas y que tituló «Bachilleres en busca de futuro: otra ola migratoria» revela cómo miles de estudiantes de etapa universitaria han abandonado el país en busca de opciones de estudio.
Los universitarios denunciaron que el sistema educativo de Nicaragua ha sido desmantelado sistemáticamente desde el año 2021. Y es que universidades de prestigio, muchas vinculadas a organizaciones religiosas que ofrecían becas a estudiantes de bajos recursos, han sido sustituidas por instituciones controladas por el aparato ideológico del régimen.
Salvador Marenco, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, dice que en ese informe el régimen «no menciona el cierre de al menos 27 universidades y centros universitarios, no mencionan el cierre y confiscación de la Universidad Centroamericana (el 16 de agosto de 2023), básicamente es un informe que falta a la verdad, altera la realidad que vivimos los nicaragüenses», acusa.
Con estos datos, Meza concluye que el «modelo actual de educación en Nicaragua es un modelo de adoctrinamiento, no un modelo de educación ni de formación» que crece, al contrario se hace pedazos.