¡Sin piedad! Así aplicó a los caficultores nicaragüenses el gobierno de Ortega y Murillo el «aporte» que hacen al Fondo para la Transformación y Desarrollo de la Caficultura (FTDC) y que elevó de 3 dólares en 2024 a 4 por cada quintal exportado en 2025, esto por los buenos precios internacionales que ha alcanzado el café.
Si bien el gobierno obtendrá beneficios, no será así para los caficultores que ya sufren pérdidas por la caída de los precios en años anteriores y que representan una pérdida arriba del medio millón de quintales en las exportaciones.
Hasta 2018, la empresa privada administraba el sector cafetalero a través de la Comisión Nacional para la Transformación y Desarrollo de la Caficultura (Conatradec), mismo que fue eliminado por el gobierno luego de las tensiones políticas entre ambos sectores. El régimen creó entonces la FTDC y aplicó por ley un «aporte» a los caficultores y que es manejado por funcionarios del Estado.
Hasta 2024, el gobierno de Ortega y Murillo le ha quitado a los caficultores 60,8 millones de dólares a través del «impuesto disfrazado» aplicado solamente al café arábico, pues las cifras sobre el café robusto se desconocen; sin embargo las exportaciones de este son menores. Los caficultores, además aducen que no saben qué se hace con el fondo que aportan al régimen.
Aporte subirá por buenos precios internacionales, dice el régimen
Para la producción 2023-2024 (que inicia en octubre 2023 y finaliza en septiembre de 2024) los precios por quintal del café arábico en la Bolsa de Nueva York alcanzaron 204.31 dólares y el café robusta alcanzó los 160.64 dólares por quintal en la Bolsa de Londres, así lo informó el gobierno a través del Ministerio de Industria y Comercio en un acuerdo ministerial publicado el miércoles pasado.
El régimen tomó esos precios como referencia y aduce que 204.31 para el quintal arábico y 160.64 dólares para el quintal robusta superan el precio fijado por la ley 856, Ley para la Transformación y Desarrollo de la Caficultura, que es de 185 dólares para el quintal de arábica y 115 para el quintal de robusta.
Por lo tanto, los caficultures están obligados a elevar el aporte al FTDC de 3 dólares a 4 dólares por quintal de arábica y 2.5 dólares por quintal de robusta que se exporten durante la cosecha 2024-2025. El año de cosecha cafetalera está establecido desde el primero de octubre hasta el 30 de septiembre; sin embargo el aporte se cobra en año calendario, o sea, desde enero hasta diciembre.
Pese a que el Mific toma como referencia el precio internacional del café en 2024, y se aplica el aumento de acuerdo a este precio, estos podrían bajar en 2025; sin embargo, el aporte no bajará, lo que afectaría a los productores de café nicaragüenses, que tampoco lograrán aprovechar este incremento internacional debido a pérdidas en años anteriores de las que no se han logrado recuperar.
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Esta es la segunda vez que los cafetaleros nicaragüenses sufren un alza en el aporte, el otro año fue en 2023. Desde que se creo en 2014, se impuso el valor de un dólar por quintal, lo que generó un ingreso a la Conatradec de 2.47 millones de dólares; y se aumentó a dos dólares desde el 2015 al 2018, lo que generó un ingreso anual de 6 millones de dólares.
Luego del 2018 y que el gobierno tomara control de este aporte o «impuesto disfrazado» como lo llaman algunos productores, el régimen sandinista se vio obligado a reducir la tarifa del aporte debido al desplome del precio del café a nivel internacional, llegando a recaudar anualmente un poco más de 3 millones entre 2019 y 2021.
En los años siguientes hubo una leve mejoría en los precios por los que el aporte vuelve a crecer, en 2023 los caficultores llegan a pagar la cifra más alta hasta ese momento, 4 dólares por quintal de café arábica y recaudan para el FTDC más de 12 millones de dólares. En 2024, la tarifa quedó fijada en 3 dólares por quintal y pese a que los precios cayeron a inicios del año, los productores debieron pagar con la tarifa establecida, por lo que el gobierno recibió 6.33 millones de dólares.
Sin embargo, todos estos ingresos no cuentan con fiscalización por parte de los caficultores, y menos de la empresa privada (aglutinada) disuelta por el régimen de Ortega -Murillo. Además, también se desconoce el precio real que recibe a nivel internacional el café nicaragüense puesto que es la Ventanilla Única de Comercio Exterior (Vucen) quien se encarga de publicar estos datos, además del volumen, variedad y promedio de exportaciones.
Vucen no publica estos datos desde diciembre del 2023 y al contrario, eliminó la publicación de exportaciones anteriores.
Cierre de Cisa Exportadora deja pérdidas millonarias
El cierre por problemas financieros de la compañía CISA Exportadora, la principal comercializadora del café de Nicaragua, se convirtió en otro golpe para los productores cafetaleros del país, pues esta compañía acopiaba, procesaba y exportaba la mitad de la cosecha producida en Nicaragua.
En promedio eran unos 69 millones de kilos de café los exportados por CISA, y además los contratos del 2023-2024 fueron suspendidos por lo que los productores se enfrentaron a la incertidumbre. Estas suspensiones representan un desplome del 19% en las exportaciones de café y una reducción del 22% en los ingresos con respecto al ciclo anterior.
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Estos datos no son muy claros debido a que el Vucen, que es la encargada de publicarlos no los ha revelado, y solo se tienen los datos netos de exportación publicados por el Banco Central de Nicaragua.
Entre octubre de 2023 y julio de este año, el sector cafetalero exportó su producción más baja, 2.33 millones de quintales lo que representó una pérdida de más de medio millón de quintales con relación a los exportados en ese mismo período en años anteriores, pese a esto la tarifa del aporte al régimen debe mantenerse estable.
La caficultura es el segundo rubro de exportación detrás del oro, y hay unos 38.000 productores que emplean a unas 600.000 personas en trabajos permanentes y temporales.