En el último trimestre, a través de redes sociales, se han viralizado al menos cuatro robos que se registraron en la capital. El más reciente ocurrió en el barrio Villa Flor Sur, donde un sujeto, valiéndose aparentemente de un arma de fuego, robó a un grupo de estudiantes que circulaban por esa zona.
El robo quedó grabado en una cámara de seguridad ubicada en una de las viviendas de esa colonia, situada al sureste de Managua, y fue viralizado en redes sociales, donde los internautas urgieron que se identificara al criminal para que sea encarcelado y procesado por el delito de robo con intimidación, que perpetró contra los menores.
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Un analista político, consultado por Artículo 66, bajo condición de anonimato, refirió que este tipo de situaciones, que reflejan un aumento de delitos comunes, «tiene impacto en varias direcciones: sobre la calidad de vida de las personas, incrementa los niveles de riesgo y probabilidades de victimización y además, incrementa la percepción de riesgo entre la población».
Resaltó que este tipo de situaciones, además de incidir en la percepción de inseguridad, también afecta a las condiciones reales de seguridad de la población nicaragüense, las cuales «tienen efectos sobre las condiciones reales de vida de la gente, pero también tiende a incrementar los niveles de desconfianza en la población».
Persecución del régimen también «incrementa niveles de inseguridad»
El experto afirmó que el estado de persecución que ha impuesto el régimen Ortega Murillo sobre toda la población, especialmente tras las protestas sociales de 2018, a nivel interno es el principal factor que ha causado que el país dejara de ser percibido como el más seguro de Centroamérica,
«En la medida que el Estado hace uso de la violencia, sobre todo violencia política, contribuye a reforzar otras formas de violencia. Eso se puede ver por ejemplo, en el caso de la violencia contra las mujeres con el incremento de los femicidios, pero también con los niveles de saña con los que se cometen. Otro elemento es que incentiva la impunidad entre los agresores», apuntó.
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Además, valoró que las masivas liberaciones de reos comunes, que el orteguismo saca de las cárceles sin que estos cumplan sus respectivas condenas por delitos comunes que cometieron, también son parte de los factores que aumentan los niveles de inseguridad en el país, resaltando que «muchos de ellos salen a reincidir, provocan desconfianza y temor entre la gente».
En lo que va de 2024, según reportes de medios oficialistas, el régimen Ortega Murillo ha sacado de las cárceles del país a 4,500 reos comunes, otorgándoles el régimen de convivencia familiar. Entre los beneficiados, según reportes periodísticos de medios independientes, se han incluido a personas que cometieron robos, robos con intimidación y delitos relacionados a violencia contra la mujer.
A nivel internacional, la percepción de seguridad en Nicaragua también ha quedado mal parada. Países como Estados Unidos, España, Reino Unido, Irlanda y Canadá en sus avisos de viaje han advertido a su población de los riesgos que corren si deciden viajar a Nicaragua, incluyendo entre esos la crisis sociopolítica que vive el país desde hace seis años y los riesgos de ser víctimas de delitos comunes, entre esos robos, incluso con armas de fuego, y hurtos en viviendas o vehículos.
