«El caballero del ring, el flaco explosivo, el hombre con una izquierda demoledora» eran los nombres con los que se conocía a Andrés Alexis Argüello Bohórquez, el mejor boxeador en la historia de Nicaragua. Falleció la mañana del primero de julio de 2009. Aunque la Policía determinó que se trató de un suicidio, 15 años después este dictamen sigue siendo cuestionado por muchos ciudadanos nicaragüenses y algunos familiares de esta leyenda del deporte nacional.
El deportista, uno de los ocho hijos de los granadinos Guillermo Argüello y Zoila Bohórquez, se adentró en el mundo del boxeo cuando tenía 18 años y gracias a su talento nato, trajo múltiples glorias y orgullo a Nicaragua.
En su carrera boxística, el tres veces campeón y mejor libra por libra realizó 90 peleas profesionales, obtuvo 82 victorias y 65 de ellas por la vía rápida (nocaut). Solamente sufrió ocho derrotas, las más notorias y de las que más se habla fue contra Aaron Pryor, quien lo derrotó en dos ocasiones, cuando el nica pretendía conquistar su cuarta corona.
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Argüello conquistó sus títulos en la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en peso pluma desde 1974 hasta 1976, en la Comisión Mundial de Boxeo (CMB) en las categorías súper pluma desde 1978 hasta 1980, y de la CMB en peso ligero desde 1981 hasta 1982. Cabe destacar que nunca perdió sus títulos dentro del cuadrilátero, sino que los cedió para subir de categoría.
Además de sus logros en el ring, Argüello fue conocido por su humildad y dedicación a su país. Después de retirarse del boxeo, se involucró en la política y trabajó para mejorar las condiciones de vida en Nicaragua, especialmente en Managua, donde fungió como alcalde.
El deportista también tuvo una breve carrera como entrenador, guiando a jóvenes boxeadores y transmitiendo su vasta experiencia y conocimiento del deporte. Su legado perdura no solo en sus títulos y victorias, sino también en el desarrollo del boxeo en Nicaragua y su contribución a la sociedad nicaragüense.
A pesar de su importante impacto en la historia de Nicaragua, la muerte de Argüello estuvo marcada por circunstancias trágicas y controversiales. Fue encontrado muerto en su casa de Managua, con una herida de bala en el pecho. La Policía declaró su muerte como un «suicidio», una versión que generó escepticismo y sospechas entre sus familiares y seguidores.
Tras su muerte, hubo una gran conmoción en Nicaragua y en el mundo del boxeo. Se realizaron homenajes en su honor, destacando su carrera deportiva y su contribución al país. Muchos cuestionaron la versión oficial brindada por las autoridades, señalando que podría haber sido un «asesinato planificado».
La dictadura lo mató
Dora Argüello, hija del tricampeón mundial, sigue culpando a agentes vinculados con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo por la muerte de su padre. Desde el supuesto suicidio del boxeador, el régimen ha llevado a cabo numerosas actividades políticas en su nombre, un hecho que Dora Argüello critica abiertamente.
A través de su cuenta personal de X, Argüello denunció que ya son «15 años de impunidad, negativa y silencio sepulcral en el asesinato de mi padre en manos de la tiranía sandinista de Daniel Ortega, quien no permite el esclarecimiento de su muerte ante tantas irregularidades. ¡Voy a seguir hasta el final!».
El 19 de abril de 2021, en conmemoración del 69 aniversario del natalicio de Alexis Argüello, la dictadura orteguista organizó una celebración en la Plaza de las Victorias junto al monumento del «caballero del ring». Esta actividad, realizada en homenaje al icónico púgil nicaragüense, se realizó como el «Día Nacional del Deportista Nicaragüense», fecha que coincide con el aniversario del estallido de las protestas cívicas.
En esa ocasión Dora Argüello también reaccionó molesta ante esas acciones y expresó que «toda esta gente que se hizo presente a la estatua de mi padre son un montón de vagos, buenos para nada, que lo único que hacen es exponer sus vidas porque están al servicio de una dictadura, y lo único que pueden hacer es el ridículo».
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Además agregó que «no se puede tapar el sol con un dedo», en cuanto al aparente asesinato de su padre. «El pueblo, nosotros los hijos vamos a seguir renovando nuestra fuerza, coraje, nuestra lucha, redoblando los esfuerzos para poder llegar al final (al esclarecimiento) del crimen de mi padre», afirmó.
A pesar de la polémica que rodea su muerte, la contribución al deporte y a la sociedad del «flaco explosivo» son una huella imborrable que seguirá siendo honrada por su familia, fanáticos y toda la población nicaragüense.