La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo demostró su paranoia una vez más y temen que la fuga de su militancia se incremente. La pareja dictatorial mandó al presidente de la Asamblea Nacional, el sandinista Gustavo Porras, a leer un «comunicado» donde les anuncia la nueva restricción a sus adeptos.
En un audio filtrado al medio digital Nicaragua Actual, se escucha a Porras dar lectura a la «orden del comandante Daniel (Ortega)» para sus militantes que no puede integrarse o ser incluidos en «iniciativas particulares, los grupos de Whatsapp, y/o firmar pronunciamientos o comunicaciones o llamados que no hayan sido consultados y/o autorizados por el Frente Sandinista de Liberación Nacional»
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«La militancia sandinista responsable y cuidadosa cuida con el pleno de la credibilidad, seriedad, integridad y unidad del Frente Sandinista de Liberación Nacional», dice el presidente del Parlamento.
El documento, que establece la restricción a los seguidores del dictador, explica que todo llamado, iniciativa o convocatoria que no provenga de la Secretaria General del FSLN, debe consultarse antes de responder.
«La abundancia de falsos movimientos, organizaciones y llamados nos convocan a cuidarnos mas frente a trampas e intrigas con intereses ajenos a la fortaleza de la revolución», señaló.
«Tenemos que ser cuidadosos… en estos tiempos cualquier persona nos puede agregar a un grupo de Whatsapp y no sabemos las intensiones que pueden haber y de pronto nos da confianza y caemos en una trampa y en una indisciplina. Esta es la orden del comandante Daniel (Ortega)», concluye.
Desde abril de 2018 la dictadura ha padecido la fuga de varios funcionarios de los poderes del Estado, instituciones y alcaldías. Incluso el padrino de bodas del dictador, Rafael Solís, vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), decidió dar la espalda a la dictadura.
En su paranoia Ortega y Murillo han ordenado la destitución de varios funcionarios, el encarcelamiento de otros y el destierro de algunos trabajadores del Poder Judicial.