La dictadura presidida por Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue exhibiendo extrema crueldad en el tratamiento de los reos de conciencia, tal es el caso de los presos políticos Brooklyn Rivera, Freddy Quezada y Carlos Bojorge, a los que mantiene en condición de desaparición forzada por ocultamiento de paradero, y además se ensaña con sus familiares insinuándoles en algunos casos que han fallecido.
Diferentes organizaciones defensoras de derechos humanos como el Monitoreo Azul y Blanco, la Unidad de Defensa Jurídica (UDJ) y el Mecanismo para el Reconocimiento de las Personas Presas Políticas, han insistido en denunciar la desaparición forzada de los tres reos de conciencia, pero los carceleros del régimen ignoran los pedidos de información sobre el paradero y estado de salud de los encarcelados.
El dirigente político caribeño y, hasta el momento de su captura, diputado por el partido indígena Yatama, Brooklyn Rivera, fue secuestrado por la Policía al servicio de la dictadura el pasado 29 de septiembre, es decir, recién cumplió siete meses de haber sido sacado por la fuerza de su casa en Bilwi, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, y luego de más de 210 días de su captura, la dictadura no ha hecho pública ninguna información sobre su paradero ni los motivos de su encarcelamiento.
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Mientras que el sociólogo y profesor universitario Freddy Quezada, fue secuestrado por los esbirros de Ortega el 29 de noviembre. Con más de 150 días transcurridos desde que fue secuestrado, la dictadura no da cuentas de su paradero, de su estado de salud ni de los motivos de su encierro.
El tercer caso es el del joven preso político Carlos Bojorge, quien fue capturado por la guardia sandinista el primero de enero, luego de participar en una celebración católica en la catedral de Managua.
Fue mantenido en condición de desaparecido hasta el mes de marzo, cuando se supo que estaba recluido en la Galería 2 Alta del Penitenciario Jorge Navarro, conocido como La Modelo, pero luego de haber filtrado información sobre el maltrato al que estaba siendo sometido en la cárcel, fue sustraído violentamente de su celda por guardias penitenciarios, y hasta la fecha no se sabe nada de su ubicación ni de su estado de salud.
La organización en el exilio, Monitoreo Azul y Banco, que se encarga de dar seguimiento y documentar las acciones represivas y violaciones a los derechos humanos perpetrados por la dictadura de Nicaragua contra la población, lanzó un «S.O.S.» por los tres opositores desaparecidos.
«S.O.S por los presos políticos Brooklyn Rivera, Freddy Quezada y Carlos Bojorge. Detenidos arbitrariamente y en calidad de desaparecidos por ocultamiento de su paradero por el Estado de Nicaragua», denuncia la organización.
Tortura psicológica a familiares de desaparecidos
Hasta abril de este año, según el seguimiento que maneja la UDJ, hay al menos 138 nicaragüenses en calidad de presos políticos de la dictadura Ortega-Murillo. Además, los tres que están en condición de desaparición forzada.
La UDJ realizó una encuesta entre familiares de los reos de conciencia, y por lo menos el 30% de ellos afirmó haber sido víctima de torturas sicológicas al negarles información del paradero de sus familiares. Tampoco les informaron sobre el motivo de la detención.
«Como resultado de las 93 encuestas que hicimos a familiares de presos políticos en Nicaragua, identificamos que las familias sufrieron violencia psicológica por parte del Estado», denuncia el organismo defensor de presos políticos.
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Las desapariciones forzadas que han sido denunciadas hasta ahora han durado, en algunos casos, hasta 180 días, aunque en el caso del preso político Rivera, ya sobrepasa ese tiempo.
«Desde 2018, más de 2 mil 90 nicaragüenses han sido privados de su libertad por expresar sus ideas, participar en actividades políticas y/o manifestarse en contra del régimen», detalla la UDJ a través de sus redes sociales en publicaciones mediante las que demanda la liberación de los prisioneros de conciencia.
Violencia, crueldad de la dictadura
La abogada desterrada por la dictadura Anely Pérez acusó a la dictadura de ejercer crueldad contra los familiares de los reos de conciencia, y más aún contra los que están en condición de desaparecidos.
«Crueldad es la violencia ejercida contra los familiares de los presos Políticos y expresos políticos. Es como hacen los grupos mafiosos que ejercen la violencia vicaria contra las mujeres de los grupos que quieren dañar o callar», denuncia la jurista.
Uno de los casos de mayor ensañamiento con los familiares de los actuales presos políticos es que se dio con la familia del Ta Upla (líder máximo) de Yatama, Brooklyn Rivera, a quienes les han dicho en tres ocasiones que el dirigente caribeño ha fallecido y que lo ubiquen en las morgues.
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Tininiska Rivera, hija del dirigente de Yatama, denunció ante el medio de comunicación independiente Nicaragua Investiga que los funcionarios del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo le han dicho en tres ocasiones que su padre ha fallecido y no le dan mayor información.
Organizaciones internacionales como la ONU y la CIDH, la Unión Europea y más recientemente el G7, han exigido al régimen de Ortega que libere a los presos políticos y sobre todo, que dé cuenta de los desaparecidos pero la dictadura sigue poniendo oídos sordos a los llamados internacionales.