A cinco años desde que el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, se vio obligado a abandonar el país debido a la represión desatada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, los opositores aún consideran que los mensajes y palabras del jerarca «siguen vigentes».
Por medio de su cuenta oficial de la red social X, el líder del Movimiento Campesino, Medardo Mairena, expresó que el 23 de abril de 2019, fecha en la que el obispo abandonó el país, fue «un día muy duro para nuestro pueblo».
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El activista político también compartió un fragmento de un vídeo del recibimiento que los nicaragüenses residentes en Estados Unidos le brindaron a monseñor Báez. Con banderas azul y blanco en mano, los compatriotas entonaron la canción «Nicaragua Mía» para darle la bienvenida al religioso desterrado, quien ahora oficia misas en la iglesia Santa Agatha, en Miami, Florida.
Durante la eucaristía de ese día, el obispo afirmó que el pueblo nicaragüense, «víctima de un poder irracional y opresor, va a resucitar». Báez agregó que «son heridas a las que nos debemos acercar, con misericordia, para consolarnos en el Señor unos a otros. Son heridas a las que nos debemos acercar con esperanza para que, al contemplar esas heridas, vislumbrar un futuro nuevo para nuestra patria».
«Sus palabras, entonces, hoy siguen vigentes. Gracias, monseñor Báez, por no dejarnos solos en circunstancias tan difíciles a pesar de su exilio», afirmó Mairena.
Destierro del obispo
El 23 de abril de 2019, en una sorpresiva comparecencia, la Arquidiócesis de Managua anunció la salida forzada de Monseñor Báez. En ese entonces, el obispo informó que en una ocasión fue alertado por la embajada de Estados Unidos de un plan del orteguismo para atentar contra él.
Desde su llegada a Managua, en 2009, ha sido un «voz profética» dentro de la Iglesia nicaragüense y duro crítico de la pareja dictatorial. En 2018, defendió el papel de la juventud en la rebelión cívica y los llamó «la reserva moral» de Nicaragua.
Participó como miembro de la Comisión de Mediación en el primer Diálogo Nacional. También sumó voz de denuncia por la represión a las protestas cívicas del 2018 y se mantuvo denunciando la persecución contra la Iglesia católica y el encarcelamiento arbitrario de religiosos, especialmente el del obispo matagalpino Rolando Álvarez, quien pasó más de 500 días en condición de preso político.
Su destacado papel en defensa de los derechos humanos de los nicaragüenses lo obligó al exilio, una decisión del papa Francisco para resguardar su integridad física. Al anunciar su exilio, el obispo Báez reveló que el régimen Ortega-Murillo había planificado un atentado en su contra, un hecho que le fue alertado por la Embajada de Estados Unidos en Managua, incluso denunció que varios drones sobrevolaban su residencia.
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El jerarca católico fue ordenado sacerdote en la ciudad de San Ramón, Alajuela, Costa Rica el 15 de enero de 1985. Desde su ordenación ha desarrollado diversas tareas pastorales en Guatemala, España, México, Argentina, Estados Unidos, Italia y Perú.
Actualmente, desde el extranjero, monseñor Báez mantiene su denuncia y crítica contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en sus redes sociales, ya que el líder religioso comenzó a celebrar sus misas en la iglesia de Santa Agatha, en Miami, Florida, Estados Unidos.
Monseñor Silvio Báez fue una de las primeras figuras religiosas a las que se les quitó la nacionalidad nicaragüense, aunque en ese momento ya estaba fuera del país. En el extranjero, continúa en la lucha por la liberación de los presos políticos y aún se perfila como una de las voces más potentes contra la dictadura nicaragüense.