En el marco de la conmemoración del sexto aniversario de la rebelión de abril de 2018, la vicedictadora y portavoz del régimen orteguista, Rosario Murillo, pronunció un extenso discurso de odio contra los opositores nicaragüenses, donde los llamó «sembradores de perfidia, muerte, dolor y cizaña» y admitió que debía «dormir con los abiertos» para «protegerse» de ellos.
El presidente de la Unión Democrática Renovadora (Unamos), Luis Blandón, dijo a Artículo 66 que las declaraciones de Murillo son «productos del trauma que le generan estas fechas, pues no ha logrado quitar el espíritu combativo en los nicaragüenses. Al contrario, la ciudadanía continúa en resistencia tanto dentro como fuera del país».
Noticia relacionada: Rosario Murillo revela el terror con el que vive: Dice que duerme «con los ojos abiertos»
El activista político señaló que las expresiones denigrantes de Murillo contra su críticos se deben a que «aún con toda su campaña publicitaria, no ha logrado quitar la esperanza que cada nicaragüense tiene para construir un país basado en la justicia». «Abril vive y sigue resistiendo en cada nicaragüense, que salió a las calles a manifestarse de manera pacífica», agregó.
Además, Blandón opinó que la primera dama «no termina de aceptar» que el levantamiento cívico y las protestas fueron «de manera autoconvocada» y gracias a la «espontaneidad del pueblo que quiere vivir en paz, en libertad y en democracia».
«Ella no duerme bien al saber que los quieren fuera del poder, por eso es que no ha permitido elecciones libres, justas y competitiva. Rosario seguirá durmiendo mal mientras siga una resistencia para ver un país libre», comentó el opositor.
El presidente de Unamos también se refirió a las encuestas «manipuladas» realizadas por organizaciones orteguistas y afirmó que «no les han servido de nada para posicionarse ante la ciudadanía nicaragüense». Al contrario, Blandón expuso que la pareja dictatorial «cada vez reciben más desprecio».
Por otro lado, el vocero de la Plataforma de Unidad por la Democracia (PUDE), Enrique Martínez, señaló que los Ortega-Murillo pretenden instaurar una «contra narrativa» a lo que se ha vivido en Nicaragua después del 18 de abril del 2018, día histórico en que estalló la rebelión cívica del pueblo.
El activista político opinó que Murillo «quiere seguir buscando cómo desacreditar la fuerza que tiene la Iglesia católica en Nicaragua. Ella siempre ha utilizado ese tipo de mensajes en contra de la oposición, no solamente Rosario también Ortega, que están encaminados a seguir ofendiendo a las personas que buscan ese cambio democrático que se vive en el país», indicó.
Martínez apuntó que las protestas cívicas fueron un «escenario» donde despertó «algo que estaba vivo y presente dentro de la ciudadanía nicaragüense». «Eso era la inconformidad de cómo se venía administrando el país, que evidentemente estaba guiado a un factor de desigualdad social y pobreza desatendida porque el supuesto desarrollo que se estaba gestando en Nicaragua estaba meramente dirigido por la élite del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)», añadió el exilado político.
El vocero de PUDE denunció la burla de la vicedictadora hacia «el tema del destierro, de las personas que han quedado sin su nacionalidad y el exilio, porque prácticamente ellos (el régimen) han impulsado y sacado a la ciudadanía y han buscado cómo tener la capacidad de decir quiénes o no son nicaragüenses. Al final, todas las personas que se han visto afectadas seguimos siendo nicaragüenses y ese es el mensaje que tenemos que dar».
Noticia relacionada: Murillo y su «rosario» de insultos a la Iglesia, oposición y EE. UU
«Habla de que los torturadores somos nosotros, cuando en realidad los que han torturado al pueblo nicaragüense, con persecución, represión, cárcel, exilio y destierro han sido ellos», sostuvo Martínez. «Evidentemente, la ciudadanía utilizó medios pacíficos para defenderse ante la arbitrariedad de una dictadura que utilizó las armas en contra de un pueblo desarmado», añadió.
De igual manera, Martínez reconoció que «la oposición nicaragüense, en este sexto aniversario, está haciendo un buen trabajo en revivir la esencia de lo que representa abril de 2018 y eso es una contraposición a lo que ofrece el FSLN, como una organización terrorista que solamente ha traído desgracia al pueblo de Nicaragua. A los Ortega Murillo les está afectando el hecho de que cada día estamos haciendo más incidencia y buscando cómo debilitar los pilares que sostienen la dictadura en Nicaragua».
El activista político instó a «continuar con ese mensaje esperanzador donde cada uno de las personas que estamos implicados en esa resistencia ciudadana contra la dictadura, no solamente en las temporadas de aniversario, sino todo el año, para decirle a la gente que estamos haciendo algo».
El discurso de odio
Ayer, 18 de abril, la vicedictadora se desparramó en una «serenata» de insultos, ataques, epítetos, descalificativos y peyorativos contra todos los sectores que critican a ella y su marido, el dictador Daniel Ortega.
En los 31 minutos y 55 segundos que demoró su letanía, en los medios de propaganda de su familia, Murillo llamó a la Iglesia católica vampiros, retorcidos, malvados, discípulos de Satanás, maltrechos, los malignos, sonrisas hipócritas y falsos, que «se quitaban las máscaras de buena gente».
La portavoz sandinista consideró que los opositores «pretendían avasallar y aplastar, pero, por supuesto, le dimos su lección como Sandino y se fueron. Se siguen yendo los ‘puchos’ decrépitos y disminuidos que por ahí suenan y no pudieron ni podrán».
«No nos vendemos, ni nos rendimos. Todos nuestros símbolos no pueden ser, no pueden ser ni falsificados ni manipulados por los fraudulentos, los farsantes y los ficticios que quisieron, pero no pudieron ni podrán, porque aquí no se rinde nadie y lo hemos demostrado y lo seguimos demostrando, luchamos contra la pobreza», expresó la primera dama, quien fue acusada por Estados Unidos de cometer crímenes de lesa humanidad.
Noticia relacionada: Trabajadores de la Presidencia, en El Carmen, pasan «días grises» por «cambios de temperamento» de Rosario Murillo
Los trabajadores de la casa-oficina de Murillo, ubicada en El Carmen, Managua, afirman que la vicedictadora ha presentado «sube y baja» en su temperamento desde hace meses y se la pasa repartiendo «regaños» de los que ni sus hijos se escapan. La primera dama es quien dirige el gobierno en el día a día, ya que es una mujer a la que le gusta «estar en todo» y es quien autoriza «hasta las escobas que se compran para el Estado».
«Ella está bajo fatiga y mucho estrés. Todos en la oficina entendemos que la compañera sufre algún desgaste, aunque aquí dentro (en El Carmen) está prohibido hablar del tema», dijo otra fuente sandinista, que por temor a la represión pidió mantener su identidad bajo estricto anonimato.