La ambientalista Mirna Moncada es una de las nicaragüenses aficionadas al avistamiento de aves, especialmente al guardabarranco, un pájaro que admira por sus bellos colores, cuyas plumas coloridas son comparables a una pintura de acuarela.
«El guardabarranco es un pájaro pequeño, que tiene alas cortas, con pico largo y ancho. Tiene una belleza singular con sus vivos colores y su cola que termina con una doble pluma azulada. Solo verle su ‘cabecita’ es una maravilla, porque sus ojos casi tienen un antifaz pintado a mano, con cejas gruesas de azul claro, que contrasta con ese bordeado con negro», describe la ambientalista.
Noticia relacionada: Cazadores furtivos y ciudadanos inconscientes «depredan» sin piedad la fauna nicaragüense
A pesar de tener un corto tamaño, su presencia no pasa desapercibida en el bosque. Al instante de verlo, las personas quedan cautivadas por su plumaje celeste, turquesa, anaranjado y verde olivo con sus patas negras, que hacen al ave única entre las más de 700 especies que habitan en el país.
«Nuestra Ave Nacional es parte importante del aventurismo, porque habita en abundancia en los bosques secos de Masaya, Carazo, Granada, Managua y Rivas. Los podemos ver en cualquier carretera y caminos rurales, incluso en las casas, con la ventaja que este ‘pajarito’ no le teme a las personas, ya que se queda quieto largo tiempo y hasta se deja fotografiar», comenta Moncada.
Gran cazador
Otro de los espectáculos que se puede apreciar del Ave Nacional es cuando cazan a su presa. El guardabarranco se queda inmóvil sobre una rama durante un rato, en espera de ver pasar algún bicho o mariposa. Al divisar a su presa, balancea su cola, como un péndulo de reloj, para luego lanzarse con gran velocidad para atraparla.
Noticia relacionada: Pobladores de Ostional están «desesperados» por reactivar su pesca artesanal
«En Nicaragua, se deberían establecer corredores para la observación del guardabarranco. Para cualquier turista nacional o internacional, ese debería ser el punto de partida del aventurismo en Nicaragua, aunque la gente tiene intereses enormes con las aves migratorias», enfatiza la ambientalista.
La experta recomienda a los empresarios de tour operadoras establecer rutas especiales para observar guardabarrancos y no solo limitarse a ofrecer destinos de sol y playa. Moncada insta a las autoridades ambientales a proteger el bosque seco de la deforestación, para proteger el hábitat natural de esta especie residente.
Por Voces Unidas