Es la tercera vez que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo intenta ocultar la violencia que desató en el mes de abril de 2018 en Nicaragua. El día 19 del abril de 2018, el pueblo se sumó a las protestas de los estudiantes que se manifestaron contra las fallidas reformas a la seguridad social. Ortega quiere «borrar los crímenes cometidos», dijo a Artículo 66 Josefa Meza, de la Asociación Madres de Abril (AMA).
En su intento desesperado por maquillar la represión y la estela de muerte que dejaron sus grupos armados, la dictadura ordenó a la Asamblea Nacional declarar el mes de abril como el «Mes de la paz». Esta medida llega a pocos días de conmemorarse el sexto aniversario de la rebelión cívica de 2018. Anteriormente, el caudillo sandinista declaró el 19 de abril como «Día del deportista» y «Día de la paz».
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Meza, madre del joven Jonathan Morazán, asesinado el 30 de mayo en la marcha del Día de las Madres, afirma que los dictadores saben muy bien que jamás podrán borrar los crímenes cometidos y que abril de 2018 representa una «pesadilla» para ellos.
«Abril es donde se desenmascara la dictadura como tal, siendo una dictadura dinástica, sangrienta y que desesperadamente ha venido fabricando leyes para borrar ese grito de todo un país que quiere democracia y libertad, el sueño de todo ser humano, no ser asesinado por el hecho de pensar diferente», manifestó.
AMA es «resistencia viva»
La integrante de AMA explica que la pareja dictatorial año con año «inventa» con desesperación cualquier excusa para intentar borrar la memoria de abril, pero que ese mes está en el corazón de todos los nicaragüenses y será recordado por la valentía del pueblo.
«Ahora ya ellos cuentan con todos los poderes del Estado bajo su control, amparados por las fuerzas represoras, de la Policía y el Ejército quienes han asesinado y encarcelado en complicidad con ellos a todo ciudadano que piense diferente. En Nicaragua la mayoría no piensa como el régimen, la prueba es el éxodo masivo aún de sus súbditos», señaló.
«Abril es historia, las Madres de Abril somos resistencia viva y mientras existamos seguiremos exigiendo justicia; y a través del Museo de la Memoria recordar y hacer historia para que no logren jamás borrar de la memoria del pueblo todos los delitos cometidos por la dictadura. Podrán hacer 100 leyes más, pero no van a lograr limpiar sus manos de sangre», añadió.
Manipular la memoria histórica
El activista Enrique Martínez y Luis Blandón, presidente de Unamos, también se pronunciaron contra la declaratoria de la dictadura. Los jóvenes opinan que Ortega quiere cambiar la connotación del mes de abril y manipular la memoria histórica de la fecha.
«Es una maniobra cínica al tratar de llamarlo el mes de la paz, al manipular la memoria histórica. Ortega pretende imponer una narrativa oficial que niega la represión y la violencia que su régimen ha ejercido contra el pueblo nicaragüense. Abril es un mes de dolor, luto, represión para las víctimas, que aún permanecen presos políticos», dijo Martínez a Artículo 66.
El activista asegura que Ortega no puede borrar la memoria de abril porque el pueblo es el que impulsa esa memoria. «Es importante no dejarse engañar por este tipo de propaganda. El pueblo nicaragüense no necesita un mes de la paz impuesto por una dictadura, lo que necesita es un verdadero cambio hacia la democracia, justicia y libertad», refirió.
«Que la memoria de abril, y todo lo que representa esa esencia de cambio, siga viva en el pueblo de Nicaragua que resiste en el exterior e interior del país», añadió.
La paz de los cementerios
Luis Blandón indicó que declarar abril «Mes de la paz» es un intento de la dictadura de los Ortega Murillo de desmoralizar la resistencia ciudadana, pero que no lo han logrado a pesar de la represión y de tener el control de la Policía y el Ejército.
«Abril es un mes donde la esperanza toma fuerza y motiva a elevar la voces en todo el mundo contra la injusticia de la tiranía. Donde hay un nicaragüense se continúa resistiendo por lograr un país con derechos, justicia y que pronto volverá a ser libre, democrático y en paz», manifestó a Artículo 66.
El economista y opositor Enrique Sáenz escribió en X: «Nos equivocamos si creemos que se refieren a la paz que resulta de armonía y concordia… Cuando los criminales hablan de paz se refieren a la paz de los cementerios. Para ellos esa es la paz».
El Centro de Asistencia Legal Interamericana en Derechos Humanos (CALIDH) indicó en la misma red social que ninguna ley borra las memoria de «nuestro dolos colectivo» y abogó porque «nunca más» hayan «manipulaciones históricas».
«Declarar Mes de la Paz a nuestro Abril mediante ley, es gastar papel y tinta. El dolor de las madres y padres de hijos asesinados, de presos políticos, de heridos habla fuerte», escribió CALIDH en la red social.
La poeta Gioconda Belli afirmó que abril 2018 fue el mes en que el pueblo de Nicaragua dijo basta al mandato de Ortega y se rebeló. «En la neolengua de (Rosario) Murillo lo llamarán “Mes de la Paz”, se trata de la Paz de los Sepulcros. Se acalló la rebelión. Mató 328 personas e inició una era de represión que dura hasta hoy», criticó en X.
En 2018 la población se expresó públicamente en las calles por la inoperancia de la dictadura para atender el incendio en la Reserva Biológica Indio Maíz, luego por las reformas a la seguridad social y posteriormente por los asesinatos a manos del régimen.
Después de los primeros días de manifestaciones y cuando se contaban decenas de muertos, la población sumó las demandas de justicia, reparación y no repetición. Los muertos a manos de la dictadura suman 355, según cifras oficiales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).