Los Estados Unidos Mexicanos presentarán formal denuncia contra el Estado de Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la violación a su soberanía al asaltar militarmente su sede diplomática en la capital ecuatoriana.
El Gobierno ecuatoriano, ordenó, la madrugada del sábado, 6 de abril, el allanamiento policial contra la embajada mexicana, para sustraer del edificio al exvicepresidente del país suramericano, Jorge Glas, quien había recibido asilo político por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y se encontraba refugiado en el interior del recinto diplomático.
La acción ecuatoriana ha sido ampliamente criticada y rechazada por numerosos países, incluyendo la Organización de Estados Americanos (OEA), quienes insisten en la inviolabilidad de las sedes diplomáticas a tenor de la Convención de Viena sobre inmunidad de las misiones diplomáticas.
En ese sentido, la canciller mexicana Alicia Bárcena anunció que «a partir de mañana (lunes, 8 de abril) estamos acudiendo a la CIJ donde estamos presentando este triste caso. Creemos que podemos ganar este caso rápidamente», dijo la jefa de la diplomacia mexicana quien adelantó que su país pedirá que la CIJ «conmine al Estado de Ecuador a reparar el daño».
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El anuncio fue hecho este domingo, en conferencia de prensa desde el aeropuerto de Ciudad de México, a donde acudió la canciller para recibir a los diplomáticos mexicanos que tuvieron que salir de Ecuador luego de la ruptura de relaciones con el gobierno de Daniel Noboa.
El conflicto diplomático entre México y Ecuador lleva ya varias semanas. Desde que el exvicepresidente Glas se había refugiado en la sede azteca. Luego México le concedió un asilo político, lo que fue rechazado por Ecuador pues Glas estaba bajo libertad condicional y ya condenado por el delito de corrupción que le achacan en su país.
Glas, que fue vicepresidente en el gobierno de Rafael Correa (2013-2018), luego de ser apresado dentro de la embajada mexicana, fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad en Guayaquil (suroeste) conocida como «La Roca», según fuentes gubernamentales.
Al conflicto se metió la dictadura de Nicaragua y el mismo sábado, la vocera gubernamental y vocedictadora, Rosario Murillo, anunció que su gobierno también rompía relaciones con Ecuador y se solidarizaba con México.
«Condenamos enérgicamente esta violenta irrupción», reiteró este domingo la canciller Barcena en el aeropuerto, acompañada por la ahora exembajadora en Ecuador, Raquel Serur y el jefe de misión, Roberto Canseco, quien apareció con un cuello ortopédico tras sufrir una «agresión física» a manos de policías.
El diplomático, quien trató de impedir el asalto, subrayó la necesidad de sancionar lo ocurrido. Así «desanimamos a que en el futuro se tomen estas acciones», dijo.
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La embajadora, que días antes había sido declarada non grata por el gobierno ecuatoriano, al momento de hablar durante el recubrimiento del equipo se le quebró la voz, dijo que «el atropello es de tal magnitud» que el gobierno de Noboa no puede «dimensionar» lo que le hizo al «noble» pueblo de Ecuador.
Bárcena resaltó que México no solicitará que los diplomáticos ecuatorianos dejen el país y se garantizará la seguridad de su embajada.
México, que en su historia diplomática ha dado refugio a miles de perseguidos políticos, sólo había rotó relaciones con la España del dictador Francisco Franco, Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet y Nicaragua bajo la dictadura de Anastasio Somoza.
Por su parte, el exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Arturo Mcields, ha insistido en que tanto AMLO como el dictador Daniel Ortega han pervertido el espíritu de la convención sobre asilo político y han abusado de ello.
«AMLO ha corrompido y pisoteado la Convención de Asilo Diplomático adoptada en Caracas en 1954. Las embajadas no son guaridas de criminales, terroristas o narcotraficantes. Este jamás fue el espíritu de la Convención», dijo McFields este sábado a través de su cuenta personal de X.