El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, conocido por su postura crítica hacia la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, expresó en sus redes sociales que los negocios en el mundo se realizan a expensas de personas «incómodas» para la ejecución de «planes inconfesables».
A través de su cuenta oficial de la red social X, el jerarca compartió un extracto del fragmento del libro de San Mateo, capítulo 26, versículo 15, que narra la historia de la traición a Jesús por uno de sus discípulos.
En el pasaje bíblico, Judas Iscariote, uno de los seguidores de Jesús, se acerca a los sumos sacerdotes y les pregunta qué están dispuestos a darle a cambio de entregar al Hijo de Dios. Los líderes religiosos le ofrecen treinta piezas de plata como pago por su traición y el hombre acepta.
El obispo compartió su reflexión del Evangelio, correspondiente al miércoles, 27 de marzo, y afirmó que «así se negocia en el mundo: sacrificando personas que son incómodas para llevar adelante planes inconfesables». «¡Dios no está en ese mundo oscuro!», agregó Báez.
De igual manera, el sacerdote nicaragüense en el exilio Edwing Román expuso sus comentarios sobre la lectura bíblica en la misma red social. «Hay traiciones planificadas de manera meticulosa, llenas de maldad y de envidia, sin importar que ‘vuelen la cabeza al hermano’» declaró el presbítero.
Persecución a la Iglesia católica
Desde el inicio de la crisis sociopolítica que arrastra el país, el régimen orteguista ha desterrado, expulsado, e impedido el ingreso de 170 religiosos y 76 monjas de la Iglesia católica en territorio nicaragüense. Por medio de persecución, acusaciones y encarcelamiento, la dictadura sandinista arremetió contra el clero religioso debido a su apoyo a los protestantes de aquel abril de 2018.
Unos 50 religiosos, entre ellos dos obispos, seminaristas y sacerdotes; han sido desterrados por la dictadura de los Ortega-Murillo. El régimen los ha enviado a Estados Unidos y El Vaticano. A la mitad les ha arrebatado la nacionalidad y ordenó la confiscación de sus bienes.
Del total de sacerdotes exiliados, que han huido ante la persecución del régimen, 22 se encuentran en Costa Rica, integrados en diversas actividades pastorales en las diócesis del país vecino, según reveló el padre Uriel Vallejos, expárroco de Iglesia la Divina Misericordia de Sébaco, de la Diócesis de Matagalpa y desnacionalizado por Ortega.
Actualmente, los feligreses afirman que viven el tiempo de Cuaresma «distinto» a años anteriores. Aunque no hay sacerdotes encarcelados, ni secuestrados, los católicos lamentan la «ausencia de procesiones» y que la Semana Santa sea «celebrada bajo represión», como ocurrió el año pasado.