El dictador Daniel Ortega y su mujer, la vicedictadora Rosario Murillo, corrieron a felicitar a su socio político, Vladimir Putin, por lo que llamaron «su triunfo» en las elecciones rusas, que se celebraron sin oposición y sin libertad.
Otro que saltó para tratar de ser de los primeros en felicitar al dictador del Kremlin, fue el tirano venezolano Nicolás Maduro, quien tildó de «hermano mayor» a Putin y calificó de «abrumador triunfo electoral», los resultados de aquellas votaciones que duraron tres días y en las que ya dan por ganador absoluto al actual mandatario.
En su mensaje, los dictadores de Nicaragua, señalan que «en estos tiempos de inestabilidad y violencia en un Mundo, donde nos hace falta, a todos, paz, concordia, alegría, buena voluntad, celebramos su Triunfo, como una contribución a la indispensable estabilidad de la comunidad humana, para continuar, en mejores condiciones, creando un futuro de bienestar, ciencia, prosperidad, cooperación, y solidaridad».
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Hacen alusión a las «ejemplares y tranquilas jornadas electorales» que han tenido lugar en ese país, y reiteran al dictador ruso «respeto», al tiempo que le desean «salud personal y victorias, muchas victorias».
Por su parte, Maduro dijo en su mensaje, divulgado a través de la cancillería de su país, que «la unidad del pueblo ruso y el liderazgo del presidente Putin son la base de la soberanía, independencia e integridad territorial de Rusia, así como de la estabilidad política y seguridad mundial».
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Asimismo, el dictador venezolao, dijo que Putin «le ha ganado por completo la guerra a todo el imperio colectivo de Occidente, en una demostración de los valores del pueblo ruso».
«Ha triunfado nuestro hermano mayor, Vladímir Putin. Son buenos presagios para el mundo para este año 2024. Está triunfando en todos los frentes de batalla, Putin y Rusia», dijo Maduro, totalmente arrodillado en elogios hacia su padrino ruso.
Las elecciones rusas se celebraron en medio de una guerra ordenada por Putin contra Ucrania, país que ha pedido a la comunidad internacional desconocer los resultados.