En tierras que anteriormente pertenecían a la Universidad Católica Agropecuaria del Trópico Seco (UCATSE), de Estelí, confiscada por el régimen de Daniel Ortega a la Iglesia católica, actualmente se están cultivando hojas de tabaco por nuevas empresas que dicen tener capital proveniente de Cuba y Nicaragua, mismas que se han establecido en el norte del país desde mediados del 2023.
Miembros de la industria, de 15, 30 y 40 años, ven con preocupación la rápida expansión al menos 13 de estas empresas, establecidas en la región norte de Las Segovias. Tras varias reuniones, los empresarios tradicionales alertaron sobre la llegada de los inversionistas y expresaron temor por posibles confiscaciones y la «competencia con ventajas».
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Los nuevos empresarios levantaron edificaciones y galerones para la elaboración de puros de exportación. Muchas de sus empresas cuentan con infraestructuras de forrajes rústicos de tablas costaneras (madera de ocote) y de pino, similares a la construcción antigua de los años 60, cuando empezó la industria del tabaco en los municipios de Estelí, Condega y Jalapa.
Además de confiscar los terrenos de la universidad católica, el régimen orteguista ordenó renombrar el centro de educación superior como Universidad Nacional Francisco Luis Espinoza (UNFLE). Tras su arrebato en 2022, la dictadura nicaragüense también desmembró varias manzanas de las tierras, que antes eran utilizadas por los universitarios para sus prácticas en el campo.
«Casi toda la zona de San Ramón, donde funcionaba la facultad de Medicina de la Ucatse, ahora es ocupada por las empresas», dice un esteliano.
«Tiendas aparte»
En Estelí, los primeros empresarios que empujaron el sector productivo del tabaco eran cubanos exiliados, que vinieron al país a invertir a Nicaragua hace más de 40 años. Algunas de ellas fueron La Padrón, Tabacos Cubanica o Padrón Cigars, Tabacalera Tambor de Nicaragua S.A, Joya de Nicaragua, Perdomo Cigars S.A y Puros de Estelí S.A y Pensa.
En noviembre del año pasado, algunos empresarios tradicionales del rubro dijeron estar «preocupados por los nuevos inversores», debido a que llegaron a ser «apadrinados» por operadores del régimen de Ortega.
Los lugareños manejan que los nuevos empresarios son funcionarios del monopolio estatal Cubatabaco. De igual manera, se han reunido con alcaldes de los municipios de Estelí, Condega, Palacagüina, Yalagüina, Somoto y Jalapa, para contar con todo tipo de facilidades en la instalación de los negocios. «Esto solo crea competencia desleal», dice un negociante de las antiguas tabacaleras, que por razones obvias pidió mantener su identidad en reservas.
La gran mayoría de las nuevas empresas de tabaco ya emplean trabajadores llegados de las zonas de la Costa Caribe, así como de otras localidades con fincas de siembra de la hoja de tabaco. que están ubicadas en los municipios de Estelí, Condega, Palacagüina, Yalagüina y Somoto. En esas localidades, también funcionan pequeñas fábricas, con modestas infraestructuras, que van creciendo poco a poco.
La bonanza es tan grande que algunas de las nuevas empresas incluso cuentan con recorrido de personal para trasladar a sus jornaleros de campo y trabajadores de las fábricas.
«Aquí vienen trabajadores que salen desde las 5:00 de la mañana en los buses y camiones de las comunidades del municipio de Telpaneca, Palacagüina, y Somoto, en el departamento de Madriz, y también de Condega y Pueblo Nuevo, Estelí», contó Armando Valdelomar Montes, un vendedor de comida rápida que se ubica en las afueras de una de estas empresas, ubicada en un tramo de la carretera de Palacagüina. «Los cubanos llegaron con buen dinero. A la gente le va bien, que es lo que al final importa», comenta.
Otro empresario del sector tabaco, que pidió no ser identificado por temor a que su empresa se vea afectada, reiteró que no le tienen miedo a la competencia sana, pero sí «les preocupa las ventajas que estas empresas están recibiendo y que puede causar el detrimento de la sobrevivencia de compañías que ya tienen más de 15 años operando en esta zona del país».
«Llama la atención que ellos no pertenecen a la Cámara Nicaragüense del Tabaco y mucho menos han solicitado su ingreso. No se les conoce quiénes son y no parecen interesados en hacer contacto con las antiguas empresas», declara.
Triangulan operaciones
Los tabacaleros creen que estas nuevas empresas llegaron de la mano del régimen nicaragüense «como parte de una estrategia para contrarrestar los males de la isla cubana en relación a la producción del rubro tabaco».
«Cuba tiene problemas serios para sostener la producción del puro, por el problema de los apagones, la falta de agua para el riego y el combustible para el transporte», dice un productor local.
«Como la industria está paralizada, vienen a producir aquí el puro y después lo llevan a Cuba. Le ponen su marca y los venden en Europa y Asia, como si fueran producidos en la isla. Todo el mundo sabe que el mercado ve al puro cubano por sobre los demás, pero hay un engaño y no queda claro lo que gana el país con todo eso», reclama el tabacalero esteliano.
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Otro productor recordó que las industrias cubanas no tendrían problemas si lograran abrirse al mercado, respetando los derechos humanos de sus ciudadanos y permitiendo la democracia. «Ellos deben andar buscando subterfugios para sobrevivir por no hacer las cosas bien, y por ahí andaría el país si los gobernantes (Ortega y Murillo) no cambian», asegura el empresario.
Denunciaron que las nuevas empresas han resuelto el problema de la mano de obra con ayuda gubernamental. «Gente del partido (sandinista) me dijo que podrían ayudarme a venir a Estelí a trabajar. Ya somos muchos ganándonos la vida en las pureras», comentó un jornalero de la Costa Caribe del país. Desde la llegada de estas empresas, unos 5 mil costeños han llegado para satisfacer la demanda de trabajadores.
«Vine aquí a trabajar en una fábrica de puros. Mi horario laboral es de las 7:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde, de lunes a sábado. Gano 2,500 córdobas a la semana. Es bueno porque en mi comunidad no hay empleos», comenta Joshuart Andrews Green Wilson, de 24 años.
El caribeño añadió que renta una casa junto a otros 14 jóvenes, originarios de la Laguna de Dakura. «Yo todavía estoy aprendiendo a hacer puros, porque vine hace un mes a Estelí. Voy bien», dijo Green Wilson.