En un acto de sumisión y rechazo a la comunidad internacional, la dictadura de Nicaragua delegó a Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja presidencial y asesor presidencial para temas de inversión, comercio y cooperación internacional, firmar un acuerdo de cooperación bilateral, económica y comercial.
La activista opositora Alexa Zamora dijo a Artículo 66 que las decisiones del régimen Ortega y Murillo «una vez más se ven alineadas con los intereses de Rusia», desconociendo los planteamientos y posiciones oficiales de la comunidad internacional con respecto al tema de Crimea».
En la firma de dicho acuerdo, Ortega Murillo demostró la sumisión al Kremlin del régimen que dirige su madre y padre: «Continuamos reiterando nuestro firme acompañamiento al apoyo y solidaridad con la Federación de Rusia, con todas sus regiones y muy especialmente con Crimea, por esa lucha que están librando por la paz, por la vida de sus ciudadanos y por la paz del mundo».
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Zamora señala que este nuevo «acuerdo» es un intento de «manipular la opinión pública, haciendo creer que existen posibilidades de mejora o beneficios hacia la población a través de estos intercambios».
«En términos geopolíticos, Nicaragua se encuentra dentro del espectro alineado con las dictaduras de Rusia, China, Irán, Venezuela y Cuba; y por tanto su política interna y externa atienden también a los interese de estos países», añadió.
Dicho acuerdo incluye un plan de acción conjunto para tener una hoja de ruta para los próximos dos años (2024-2026) en los ámbitos de comercio, inversiones, industrias, agricultura, transporte y turismo.